Solo pensarlo da angustia, y es que la nieve puede ser muy bonita y quedar bien en las fotos, pero hay que tener un cuidado extremo; no solo con fracturas y lesiones, también con el hecho de que es frecuente que la nieve no caiga sin más. Fenómenos como las avalanchas o los aludes suelen ser consecuencia de copiosas nevadas, sobre todo en alta montaña. Es por ello que los servicios de Protección Civil y Emergencias piden la máxima precaución a quien se aventure en estas condiciones climatológicas, porque una simple excursión puede terminar con un desenlace fatal. Es lo que probablemente pensaron el estadounidense Miles Penrose, su hermano Hunter y sus amigos, que salieron a hacer deporte en las montañas de Utah en plena nevada y casi no lo cuentan al verse atrapados por una avalancha.
Penrose grabó los angustiosos momentos en los que su hermano y sus compañeros intentaban escapar del alud de nieve justo hasta el momento en el que él mismo se vio sepultado. Cuando sale a la superficie, encontró a su hermano Hunter atrapado en una mole de nieve, gritando desesperado. A unos metros de los hermanos Penrose, otro grupo de deportistas había acudido a la zona del accidente y ayudaron al resto del equipo a salir de la nieve. Todos han salido ilesos, pero con un buen susto en el cuerpo.
“He conducido trineos en esta zona desde que tenía ocho años, estoy muy familiarizado con la zona”, explica Miles, “pero escuché el estruendo, no me lo esperaba. Primero pensé que se trataba de un terremoto, pero luego me di cuenta que era una avalancha. Pude ver cómo las olas de nieve se acercaban, la montaña temblaba. Cometí mi primer error: llevaba mi mochila especializada con airbag incorporado para avalanchas y me di cuenta de que no lo había activado. Lo siguiente que sé es que estaba cubierto de nieve y tuve que sortearla y nadar. Solo me moví como 18 metros y me quedé en la superficie (milagro). Estaba enterrado hasta el pecho, así que pude desenterrar mi cuerpo fácilmente”.
No hay nada peor que saber que tu hermano está enterrado cerca de donde te encuentras y no saber en qué lugar
Hunter, por su parte, no tuvo tanta suerte.
“La moto de mi hermano andaba sola y pude escuchar por la radio incorporada los gritos de mi hermano. Escuchaba a alguien entre los árboles, pero no alcanzaba a verle. Mi segundo error fue que, si no hubiese escuchado su voz, me habría perdido, porque todas mis herramientas estaban en la mochila. Seguí la voz de mi hermano y vi la parte delantera de su casco, así que me puse a cavar. 60 segundos después, llegué a su rostro”.
Los deportistas se aventuraron en las montañas a pesar de que las autoridades locales habían avisado del elevado riesgo de aludes en la zona, que ya se han cobrado cuatro vidas por el momento.