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Así es la vida de Natalie Suleman, la madre de los famosos octillizos que nacieron en 2009

Fue madre de octillizos hace casi una década. Su caso dio la vuelta al mundo y se convirtieron en estrellas pero, de repente, desaparecieron

Natalie Suleman posa con algunos de sus hijos el pasado mes de mayo

Instagram/@nataliesuleman

Por todos es sabido que Apu y Manjula tuvieron algún que otro problemilla de fertilidad, y tras varios tratamientos, fueron padres de los octillizos, que desde entonces se convirtieron en protagonistas absolutos de la vida de sus padres. De ese episodio de Los Simpsons hace casi veinte años (sí, somos viejos), y aparecía en pleno boom del mundo de las clínicas y las técnicas de reproducción. El episodio estaba basado en dos temas: el de la familia Dionne, que se había convertido en la primera familia con quintillizos (de embarazo natural, nacidos en 1934) que sobrevivieron a la infancia, y el mundo de la fecundación in vitro, en pleno auge.

Los octillizos de Los Simpsons serán de ficción, pero no lo fueron los de Nadya Suleman, una mujer norteamericana que fue la segunda mujer madre de octillizos en los Estados Unidos gracias a las técnicas de fecundación in vitro. Suleman se convirtió en un fenómeno viral, y todo porque la propia mujer habría pedido a los especialistas que le implantaran todos los embriones surgidos de tratamientos anteriores de fertilización. Se esperaban siete, pero nacieron ocho por sorpresa. Fue en 2009, y el nacimiento de sus octillizos, seis niños y dos niñas, dio la vuelta al mundo, avivando el fuego del debate del mundo de la fecundación in vitro.

Eso sí, si ocho niños no eran suficiente, padres de todo el mundo se llevaron las manos a la cabeza tras enterarse que además de los octillizos, Suleman era madre de otros seis niños. Como madre de 14 retoños, supuso toda una novedad en el mundo del espectáculo, y los medios pronto convirtieron a Nadya Suleman en Octomon , todo un personaje. Se criticó su habilidad para ser madre, se la acusó de estafar con donaciones, de no tener trabajo ni recursos y ser una inconsciente por querer traer más niños del mundo. Suleman comenzó su andadura como Octomom haciendo sus pinitos en reality-shows, pero pronto se adentró en el lado oscuro del mundo del espectáculo. Todos ellos, especialmente los más mayores, se dieron cuenta del tipo de vida que su madre llevaba. Alcohol, cirugía plástica para parecerse a la actriz Angelina Jolie, drogas, reportajes fotográficos desnuda, trabajos como stripper e incluso un video pornográfico hicieron de “Octomon” todo un símbolo del mal gusto. De la cinta sexual es de lo que más se arrepiente.

“Gané ocho mil dólares por vender mi alma. Me arrepiento al 100%, pero en ese momento nos estaban embargando, íbamos a quedarnos sin techo y nos permitió mudarnos con un alquiler. Me arrepiento de eso más que de otra cosa, pero aprendí. Me hizo darme cuenta de que esa no era yo”. Al final, Suleman vio cómo lo perdía todo y tenía que ingresar en un centro de rehabilitación para poder recuperarse de sus problemas.

Suleman por fin se dio cuenta de que toda esa fama y fortuna quizá no era el mundo más adecuado para ella y sus hijos. “Quise dejarlo desde el primer día. Estaba sobrepasando mis límites, mi sistema de valores y a mi misma. No lo pensé en ese momento porque intentaba sobrevivir y hacía lo que fuese para poder mantener a mis hijos”, asegura Suleman, que ahora utiliza el nombre Natalie, a la revista People; e hizo lo posible para evitar que ninguno de sus hijos tomaran mal ejemplo.

“Hubo un detonante: mis hijas, especialmente mi hija mayor, Amerah. Tenía como unos diez años entonces, y comenzó a imitar todo lo que yo hacía. Después de ver eso, vi que podía seguir el mismo camino destructivo, y me di cuenta en ese momento que antes viviría con mis 14 hijos en una caravana que continuar ese camino. No es lo que yo quería para mis hijos”.

Eso sí, también tomó la determinación de ser abierta con los niños, y contarles las cosas tal y como habían sucedido. “Lo hice por dinero”, admite, “y no me arrepiento”.

Suleman se mudó desde Los Ángeles a su tierra natal, Orange County, también en California. Desde entonces, ha estado trabajando como terapeuta ocupacional ayudando a familias, y confiesa “sentirse viva otra vez”. Natalie asegura que disfruta levantándose todos los días a las cinco de la mañana preparando a sus hijos para ir a colegio, especialmente con Aidan, de 11 años, que tiene una discapacidad; y Calyssa, de nueve, que tiene autismo. Natalie y sus hijos están muy unidos, y pasan todo su tiempo libre haciendo ejercicio e investigando todo tipo de alternativas para su vida sana. Los 15 son veganos, y Natalie reconoce que se pasa más de dos horas en la cocina todos los días.

“Era como un muerto viviente. Me levanté, volví a mis raíces. Me ayudó mi trabajo, mis hijos… Tuvimos algunas dificultades económicas, pero no importaba. Nunca me había sentido más libre y feliz en mi vida” asegura, “hago todo lo posible para vivir para ellos y que estén tan felices como sea posible. Jugamos, disfrutamos de todos los momentos que tenemos juntos, y eso es todo lo que cuenta”.