Hay muchos que saben convertir eso de “no hacer nada” todo un arte. Es más, los hay que precisamente eso de pasar el rato sin aparentemente aprovechar el tiempo -que parece que hemos de sacar jugo a cada segundo o la ansiedad descenderá sobre nosotros tal y como dicta la acelerada sociedad en la que vivimos- lo han convertido en una actividad.
Es justo eso lo que pretende el puttering, o la nueva tendencia que está arrasando en redes sociales. Ocuparse sin pretensiones de una pequeña tarea de manera lenta y sin presiones; hacer “nada” sin concentrarse en nada en particular.
Una tendencia que podría ser tratada como otra cualquiera, de esas que vienen y van, pero en la que quizá alguno debería prestar algo de atención, pues denota inteligencia emocional. Es un estado mental y físico que invita a fluir entre actividades cotidianas con un objetivo: disfrutar del proceso.
Ya hay quien reserva un momento de su agenda para no hacer nada mientras hace alguna de esas tareas que siempre hay por casa para terminar. Todo con el objetivo de fluir, sí, pero también permanecer en el tiempo. Se trata de que el cerebro descanse y de recargar nuestra “batería”; disminuir la velocidad y “perder el tiempo” un poco. Hacer cosas sin pretensiones, sin un objetivo, sin importar si se terminan o no; solo importa disfrutar de ese proceso, productivo y gratificante.
El 'puttering' es el arte de hacer pequeñas tareas cotidianas, de forma relajada, sin pretensiones y sin prisa
Una de las personas que practica esto es, como no podía ser de otra manera, uno de los líderes de la productividad y el pensamiento rápido: Jeff Bezos, CEO de Amazon. En una entrevista, el empresario aseguró que el puttering no solo le ayudaba en su día a día, sino que incrementaba su productividad. Bezos aplicaba este método de “antidisciplina” cada mañana, simplemente saltando de una actividad a otra y disfrutando del proceso, sin prisa.
Expertos en salud mental recomiendan esta práctica: ayuda a reducir el estrés, mejora la concentración y nos permite encontrar el placer en actividades cotidianas. El puttering tiene implicaciones psicológicas y emocionales, pues su simplicidad y espontaneidad lo hace asequible para cualquiera que busque un respiro en su día a día.
Un informe publicado por el National Institute of Health sobre el impacto de las rutinas cotidianas en la salud mental señala que dedicar tiempo a actividades simples y sin presiones externas puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
El 'puttering' permite desconectar del estrés diario y fomentar una mayor conexión personal
Como ejemplos, organizar la mesa de trabajo o los cajones de un armario y, sin darnos cuenta, pasar a limpiar otro estante cercano u organizar los documentos acumulados en una carpeta. Lavar los platos y terminar organizando las conservas en un armario.
Para incorporar esta práctica en nuestro día a día, solo una máxima: no forzarlo. Para hacerlo correctamente, solo hace falta dedicar unos minutos cada día, espontáneamente. Como Bezos, al comienzo del día o al regresar del trabajo son los mejores momentos para desconectar.
El valor de esta práctica, entre otras cosas, está en el autocuidado. Se busca el reencuentro con uno mismo, el control de propio tiempo y la percepción de nuestro espacio. Es la reflexión sobre la vida en general y el espacio que cada uno ocupa en ella, con sus propias prioridades, ambiciones y limitaciones.
El puttering convierte esa “pérdida de tiempo” en “tiempo recuperado” e invertido en uno mismo. Es disfrutar de lo simple y reflexión. Es una sesión de terapia en uno mismo. Cada día lo ordinario puede ser más bello e inspirador.