El 27 de agosto de cada año, la localidad de Tarazona, situada en la provincia de Zaragoza, da inicio a las fiestas patronales en honor a San Atilano con una tradición muy peculiar que cada año genera mucha expectación: el Cipotegato.
Una tradición que consiste en hacer que un joven local se vista de arlequín, salga del ayuntamiento y recorra las calles de la ciudad mientras miles de personas le lanzan tomates hasta llegar de nuevo a la plaza del ayuntamiento.
Origen de la fiesta
Aunque los historiadores todavía no se ponen de acuerdo sobre el origen de esta fiesta, lo cierto es que existen dos leyendas al respecto: mientras unos aseguran que fue un bufón de la corte aragonesa el primero en taparse con una máscara tras recibir un tomatazo, otros creen que cada año en estas fechas las autoridades daban la oportunidad a un preso de ser liberado a cambio de sufrir la humillación del lanzamiento de las hortalizas sobrantes del mercado.
Su origen es tan antiguo que tenemos las primeras referencias a esta celebración en un archivo de 1706, donde se hace referencia a un personaje que persigue a los niños llamado “Pellexo de Gato”. Una figura que ha ido transformándose a lo largo de los años hasta llegar a día de hoy.
En qué consiste la tradición
Ahora, el Cipotegato sale cada año desde la puerta del Ayuntamiento tras las campanadas de las 12.00 horas del 27 de agosto, en la actual plaza España, antigua plaza del Mercado donde se vendían los tomates que lanzaban al Cipotegato.
Desde allí, el Cipotegato sale acompañado de cuadrillas y amigos en una ruta siempre distinta que marca el propio personaje, por lo que los visitantes nunca saben por dónde irá ni si sus tomates acabarán encima del arlequín.
Finalmente, cuando llega a la plaza de nuevo, el Cipotegato se sube a la estatúa creada en su honor, deja de recibir tomatazos y se proclama el gran héroe de la fiesta mientras todos los asistentes lo vitorean.
Así se vive en redes
Una celebración que cada año atrae a numerosos turistas y visitantes y todo apunta a que volverá a ser un éxito rotundo. Así es como lo viven en redes.