La extraña obsesión que Michael Jackson tenía por coleccionar maniquíes a tamaño natural
Vida
En un registro del rancho Neverland realizado en 2003, se encontraron decenas de maniquíes por toda la casa, que algunos dicen ponía para no sentirse solo
El año que viene se cumplirán nada menos que diez años desde que nos dejó la que quizá es una de las figuras más relevantes del mundo de la música, Michael Jackson. Uno de los artistas que más discos ha vendido de la historia y uno de los más populares, no recibió el apodo de El Rey del Pop (por parte de la actriz Elizabeth Taylor) en vano. El éxito en su vida profesional es indiscutible, pero si hubo una faceta que llamó más la atención fue su vida personal. Comenzó a cantar con tan solo 10 años, como parte de un grupo en el que actuaba con sus hermanos, los Jackson 5, que a pesar de sus éxitos, pronto quedó claro quién era la estrella indiscutible del grupo y, con 13 años, publicó su primer disco en solitario. Uno podría pensar que su vida fue un sueño hecho realidad para cualquier artista que quiere triunfar, pero para Michael Jackson fue más bien todo lo contrario: el maltrato físico y psicológico por parte de su padre, el desaparecido Joe Jackson, fueron una constante hasta que pudo independizarse.
El patriarca del clan no daba tregua a sus hijos, a los que explotó desde que comenzaron como grupo, haciendo que ninguno de ellos tuviese una vida normal, haciendo que Michael llegara a confesar que siempre había sentido una profunda soledad y tristeza causada por no haber podido vivir una infancia normal. Sufrió las consecuencias del maltrato por parte de su padre en silencio, pero el cantante llegó a confesar que le tenía un miedo atroz. Quizá por ese motivo, unido a una personalidad peculiar y algo tímida, Michael Jackson fue considerado un excéntrico. Michael era una estrella, amado y odiado por millones de personas, y objeto de la polémica; sobre todo, por las acusaciones que recibió de abuso de menores durante parte de su carrera (en uno de los juicios, la víctima que había mentido en sus acusaciones al cantante). Sus seguidores, sin embargo, siempre le han defendido, alegando que en realidad le gustaba rodearse de niños y actividades propias de los más pequeños debido a esa ausencia personal en un periodo tan importante de su vida.
De Michael Jackson se dijeron muchas cosas, desde que se realizó más de mil cirugías estéticas, que se aclaró la piel (el cantante tenía vitiligo), a que recurría a la brujería para conseguir sus propósitos o que coleccionaba cosas la mar de extrañas. Se dice que una vez, el cantante pujó una suma muy alta para hacerse con los huesos del “Hombre Elefante”, un niño británico que padeció una enfermedad en la que había sufrido graves deformaciones óseas. Sin embargo, lo único que se ha podido comprobar acerca de todas esas rarezas es lo que se encontró en el rancho Neverland, la propiedad en la que residía el cantante, antes de venderse en 2008. En su interior se encontraron todo tipo de cosas. Entre otras, un parque de atracciones (con una noria, carrusel, montaña rusa, coches de choque y otras atracciones), salas de videojuegos, un zoológico, esculturas naturales de todo tipo y hasta una estación de tren. Además, tenía cientos de obras de arte, pero entre ellas, lo que más llamaba la atención era la obsesión del cantante por coleccionar maniquíes a tamaño natural.
La colección de maniquíes se descubrió en 2003, a través de las fotografías que las fuerzas de seguridad de Santa Bárbara (California, Estados Unidos) tomaron durante el registro al respecto de la primera denuncia de abusos sexuales a menores hacia el cantante. Los extraños maniquíes estaban dispersos por todas las habitaciones del famoso rancho, todos ellos vestidos como personas normales (la policía confirmó que algunos se habían encontrado parcialmente desnudos en estancias como el baño) y recreando todo tipo de escenas cotidianas. Según allegados al cantante, estaban para que no se sintiese solo, y los trataba como "acompañantes".
A pesar de que la policía utilizó las fotografías del interior de la casa como prueba en contra del cantante, al que se acusó de siete delitos de abusos a menores, éste fue absuelto de todos los cargos tras llegar a un acuerdo económico con la familia del joven que le denunció. El cantante emigró a Bahrain, y dejó el rancho Neverland para siempre, no volviendo nunca más. En 2009, volvió a los Estados Unidos, planeando retomar su carrera hasta que se le encontró sin vida en su casa, convirtiéndolo en leyenda para siempre. Qué fue de los siniestros maniquíes, nunca se supo.
Fuente(s): Mail Online.