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Despiden a un profesor por hablar de igualdad de género y utilizar un lenguaje inclusivo con sus alumnos

Vida

El centro alega que los padres de los niños no habrían visto bien que el profesor les hiciese reflexionar sobre los roles y la desigualdad de género a nivel social

Llevamos unos años en los que hemos oído eso de ”lenguaje inclusivo” en todos los ámbitos de la cultura y la sociedad, gracias a la cantidad de colectivos de personas que buscan que el lenguaje también complete los nuevos géneros y que se acabe con cualquier expresión sexista que minimice los roles de género, sobre todo en el caso de las mujeres. Una de las medidas adoptadas por algunos es el uso de palabras terminadas en “e” o en “x”, como variante a las terminaciones en “o” y en “a”, que diferencian entre el género masculino y el femenino (“todes” o “todxs”, en lugar de “todos” y “todas”, por ejemplo).

Este tipo de lenguaje es cada vez más frecuente a nivel social, pero los expertos académicos y del lenguaje advierten por activa y por pasiva que utilizar este tipo de terminaciones es inconveniente para el correcto uso del lenguaje, ya que no casan con las reglas de la construcción lingüística. Ahora bien, cada vez aparecen más formas de expresarse, y los académicos han comenzado a admitir que el lenguaje evoluciona de acuerdo a la sociedad. En España, la Real Academia de la Lengua Española está trabajando en adecuar las normas en un lenguaje inclusivo para las mujeres en textos oficiales, pero todavía queda mucho por hacer.

Los colectivos que defienden este lenguaje piden que se utilice en colegios e instituciones educativas, ya que solo educando desde la base se podría llegar a una sociedad más igualitaria. Sin embargo, no todo el mundo parece estar de acuerdo. El último caso ha sido el de un profesor argentino, que ha sido despedido de su colegio por utilizar un lenguaje inclusivo y hablar de igualdad de género con sus alumnos.

Profesor de música, Matías Pérez Taján ha sido despedido del Colegio Religioso de Nuestra Señora de la Anunciación, en La Plata (Argentina), por, según él mismo relata, “aplicar enseñanzas de género”.

“Me llamaron del colegio y me dijeron que me despedían sin motivos, lo cuál me dejó muy sorprendido después de dos años trabajando allí y que ningún padre hubiese emitido ninguna queja o me han llamado para discutir contenidos, No se labró ningún acta por mal desempeño, ni se me convocó a ninguna reunión, ni se me observó en clase”, declara el profesor.

El centro educativo podría no haber visto con buenos ojos que el profesor utilizara lenguaje inclusivo y diese clases de educación sexual con sus alumnos, de tercero de primaria. El docente admite que utilizaba “todes” frente a sus alumnos, pero que nunca había supuesto ningún problema para ellos.

“Me enteré después que un grupo de madres y padres se había quejado porque hablé con los alumnos acerca de la igualdad de género, abordando juntos la reflexión sobre roles y funciones atribuidos a mujeres y varones en la infancia y la adultez”, asegura el docente, “No obligué a los alumnos a usar lenguaje inclusivo, sino que intentaba explicarles y reflexionar juntos qué implicaba ese simple cambio de vocal en una palabra”

El docente ha tomado medidas legales en contra del colegio, que se ha pronunciado para explicar el despido del profesor. Gabriela Morgade, portavoz del centro, declaró al diario Clarín que decidieron prescindir de sus servicios porque desde el colegio buscan “un perfil que resulte adecuado para las exigencias y los requerimientos de toda la comunidad”, además de negar que el despido esté relacionado con un solo “episodio puntual”.
Sin embargo, nunca le comunicaron al docente el por qué real de su despido. Es más, según alega el profesor, que acaba de ser padre recientemente, en una conversación con la directora del centro fue ella misma la que le dijo que “pensara en por qué (el centro) podría haber tomado esa decisión”, ante lo cuál presentó una queja para que “al menos” le muestren “las supuestas actas donde constan las quejas de los padres”.



La situación en Argentina al respecto de la posición y derechos de la mujer, la igualdad de género y el lenguaje inclusivo deja bastante que desear (no en vano, las Naciones Unidas vigilan con lupa lo que sucede en el país), a pesar de que las instituciones gubernamentales no paran de prometer el desarrollo de un programa político de igualdad y no discriminación. Sin embargo, la situación real es bien distinta, con la sociedad enfrentada (tal y como vimos con la polémica ley del aborto), y opiniones hay para todos los gustos, con una mayoría que no quiere que se establezca esa igualdad entre hombre y mujer.

El lenguaje es un mecanismo de construcción del género, y a través del mismo transmitimos a los niños el sistema construido socialmente y que define los estereotipos masculinos y femeninos, con sus diferentes valores para hombres y mujeres. Utilizamos el género masculino como genérico, y no podemos negar que esto ha “masculinizado” el pensamiento social, asentado estereotipos y apartado a las mujeres de la cultura general. Tomar consciencia de ello y de las consecuencias que puede tener en el desarrollo de la personalidad de niños y niñas es tarea de padres, instituciones académicas de la lengua y educadores, que deben dar prioridad al cese del uso de un lenguaje sexista para dejar de afianzar esos estereotipos, y centrarse en que los niños se expresen de manera individual y no como marca la sociedad.

Fuente(s): Clarín.