Crímenes ‘guiris’ contra el gazpacho
Materia prima
10 aberrantes versiones de nuestra sopa fría más internacional
El gazpacho parece ser una víctima habitual de los amantes de tunear los platos a su gusto. No hablamos de esos gazpachos de sandía o de cereza que tanto se estilan en verano, sino de auténticas tropelías cometidas en otros países y que, además, suelen ser bautizadas como “auténtico gazpacho español”. Typical spanish y olé.
No queremos tratar de reivindicar el purismo gazpachero, entre otras cosas porque sería muy complicado señalar cuál es la auténtica receta. Sin ir más lejos, hasta principios del siglo XIX no se usaba tomate y este ingrediente no aparece en los recetarios hasta finales de ese siglo, explica Ana Vega, periodista experta en historia de la gastronomía.
Un plato del pueblo con agua, vinagre, aceite, ajo y pan al que se le iba añadiendo lo que hubiera por casa. Incluidos los tomates y los pimientos venidos de América cuando se popularizaron.
El caso es que mientras por aquí debatimos si es mejor con pan o sin pan, o si hay que echarle más o menos pimientos, está claro que fuera tienen menos reparos. De hecho, sus gazpachos se parecen bastante más a un guacamole o un Bloody Mary que a una sopa de tomate.
Para hacernos una idea de la tragedia gastronómica hemos recopilado algunos de los peores crímenes cometidos contra este humilde plato.
1. Guacapacho
Aguacate, limón, cilantro, tomate, cebolla… ¿Ingredientes para un guacamole? No, la fórmula para el gazpacho según este par de entusiastas de la comida cruda.
No es una forma de hablar porque lo que más parece motivarles del gazpacho –o de lo que sea eso que hacen- es que esta todo crudo y que el pepino es súper alcalino. El color del resultado no es muy apetecible, comentan. ¡Pues no le eches aguacate!
2. Gazpacho con todo y para untar
De la misma escuela que los compañeros del guacamole, por aquí presumen de un gazpacho terriblemente bueno al que, básicamente, le echan de todo lo que encuentran por la cocina.
Como filosofía vital para limpiar la nevera está bien, al menos hasta que se animan con la salsa Perrins que, como todo el mundo sabe, no puede faltar en el gazpacho andaluz. Además, cae en dos de las manías más recurrentes de los gazpachos guiris: ponerle apio y zumo de tomate. Sobre esa textura para mojar unos nachos ya hablamos otro día.
3. ¿Albahaca, Gordon Ramsey?
Ni de las grandes estrellas de la cocina internacional te puedes fiar a la hora de hacer gazpacho. El mismísimo Gordon Ramsey decide ponerse creativo cuando prepara gazpacho en su casa.
Aunque de entrada parece seguir la receta tradicional de forma muy correcta – incluso se sabe el truco de dejar todos los ingredientes unas horas mezclados antes de triturar – en el último momento al chef le da un ataque de mediterraneidad mal entendida y le planta al gazpacho medio kilo de albahaca. ¿En serio? Ramsey, estás nominado.
4. Gazpacho a remojo
Tal vez sea la receta familiar o en algunas zonas se haga así. Igual es que la cocinera – que parece ser española viviendo fuera – hace tiempo que no va por casa y ha empezado a olvidar cómo se hace.
El caso es que esta elaboración de gazpacho a remojo con los trozos de pan y los ingredientes flotando –literalmente – en un bol gigantesco de agua nos ha resultado casi tan inquietante como atractiva. Suave y refrescante seguro que le ha quedado.
5. El gazpacho de la risa
No entendemos absolutamente nada de lo que dice este buen hombre pero teniendo en cuenta el nombre del canal y de la receta no hace falta un máster para adivinar cuál es el ingrediente secreto de su particular gazpacho.
Desconocemos los efectos de esta versión alucinógena, pero si marea la mitad que los cambios de plano de esta receta interminable nos podemos dar por satisfechos.
6. El “clásico” gazpacho con caldo de pollo
Nada de aceptar imitaciones y creerse cualquier receta de gazpacho de las que circulan por Youtube. Estamos ante la clásica en la que no hay espacio para marcianadas: ni apio, ni lima, ni hierbas de la risa ni nada que nos desvíe del auténtico plato andaluz.
Lo de los tomates de lata y el litro de vinagre que le planta al gazpacho – de aceite menos, que es caro – podríamos perdonarlo, pero lo que no sabíamos es que el clásico gazpacho llevara caldo de pollo o verduras.
7. Il vero gazpachi italiani
No es Gordon Ramsay el único que se pasa de frenada al darle un toque mediterráneo al gazpacho. Si con los amigos del aguacate hemos llegado a preguntarnos si saben que Andalucía no está en México –lo saben, ¿verdad? – en este caso la cuestión geográfica va de Italia.
Gazpacho verde con burrata, avisan de entrada. Y la verdad es que tiene una pinta estupenda, aunque el queso italiano y la albahaca parecen llevarnos más al sur de Italia que de España.
8. Esta cosa vegana
Los veganos están obsesionados con el gazpacho. Tiene su lógica teniendo en cuenta la lista de ingredientes, pero basta un paseo por la red y sus recetarios para comprobar la pasión que despierta entre vegetarianos y amantes de lo crudo es un tanto desmedida.
Aunque en algunos casos han llegado a definir el gazpacho como un smoothie vegano – en serio – otras veces la relación con esta sopa fría es menos cool. Sin ir más lejos, el gazpacho que prepara esta señora mientras trata de vendernos su libro es posiblemente uno de los que peor pinta tiene de todos los que hemos encontrado. Y mira que hemos visto malos.
9. Bloody Mary gazpacho
Tanto jugar con el zumo de tomate, el apio y los ingredientes raros, estaba claro que la historia sólo podía acabar de una forma: convirtiendo en noble gazpacho en un Bloody Mary.
Esto es precisamente lo que propone esta motivadísima muchacha que tras ejecutar un gazpacho sin demasiadas barbaridades lo sirve con hielo, vodka y un toque de tabasco. Curiosamente ella que puede no le añade apio ni para decorar. La pinta no es muy apetecible, pero le pone tanto entusiasmo que nos tomaríamos un par.
10. ¿Con zanahoria? ¿Con pimentón?
Aparecer vestido de cocinero y contando tus aventuras por Madrid y Barcelona donde descubriste el gazpacho –el auténtico gazpacho español, claro – tampoco nos tranquiliza.
Sobre todo después de ver que cocineros profesionales no pestañean a la hora de añadir zumo de tomate a la receta o que incluyen pimentón para hacer lo que denominan un “gazpacho ahumado”.
Incluso los vecinos franceses parecen sentirse obligados a darle su toque personal al gazpacho añadiéndole zanahoria. Seguro que ellos dicen lo mismo con nuestras versiones de la vichyssoise, claro.