Aunque parece que poner el lavavajillas gasta más que fregar los platos a mano, en realidad supone un ahorro de agua que puede ser de entre un 9% a un 16%, según diferentes estudios. Sin embargo, podemos cambiar algunos hábitos que no son los más adecuados para que el electrodoméstico dure más tiempo y los platos queden más limpios.
El error más frecuente que comete casi todo el mundo es aclarar los platos antes de ponerlos en el lavavajillas. Aunque dejarlos demasiado sucios puede estropear el electrodoméstico, también es cierto que pasar la vajilla por el grifo incrementa el gasto de agua.
Enrique García, portavoz de la OCU, dice que “para que el detergente actúe en condiciones, necesita que haya grasa”. Así que nunca deben aclarar los platos, aunque hay que quitar los restos más grandes de comida de la vajilla.
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La marca de lavavajillas Finish se posiciona en el mismo sentido: “Aclarar los platos antes de ponerlos en la máquina es menos eficiente en cuanto a ahorro de agua. Los lavavajillas funcionan con temperaturas altas para asegurarse de que los platos estarán perfectas cuando termine el ciclo de lavado”.
En declaraciones a RAC1.cat, Claudi Mans, catedrático emérito de ingeniería química de la Universidad de Barcelona, defiende la misma opinión: “Aclarar los platos sirve para que no se atasque el lavavajillas, si es un aparato que se atasca especialmente, pero es una costumbre innecesaria. Desde el punto de vista del funcionamiento del detergente, nada tiene que ver: no hay que aclarar los platos”, explica.
Otros errores que seguramente cometes
Una mujer coloca los platos en la parte baja del electrodoméstico
Más allá de aclarar los platos, hay otros errores que también son bastante comunes y que hacen que nuestro lavavajillas se estropee antes de tiempo, que gastemos más o que los platos, vasos y cubiertos no queden del todo limpios.
1. Poner todos los utensilios de cocina
En el lavavajillas no se puede poner todo lo que utilizamos en la cocina. Hay algunos tipos de vajillas y cristalería que se estropearían. Es el caso de los platos pintados a mano, los que llevan decoraciones metálicas, algunos cristales especiales...
También todos los utensilios de plástico –como cuencos o alcaparras– que no lleven la indicación de que se pueden poner en el lavavajillas. La OCU tampoco recomienda poner los utensilios o tablas de madera.
2. Cargarlo de cualquier manera
Es un error cargar el lavavajillas de cualquier manera. Es necesario seguir un orden para que los lavados sean óptimas. Por ejemplo lo siguiente:
Cómo cargar el lavavajillas 1Primero es necesario cargar la bandeja de abajo.
2Los platos gordos y los pequeños, intercalados.
3Las tablas de cortar embutido, las sartenes y las cosas grandes, en los extremos de la bandeja.
4Los cubiertos, apuntando hacia abajo en la cesta, y que queden bien repartidos.
5Los vasos y los alcaparras de plástico aptos para lavavajillas, en la bandeja de arriba.
6Los cuencos pequeños van a la bandeja de arriba, mirando hacia abajo y algo inclinados.
3. Pasarse con el detergente
Los lavavajillas tienen una dosis recomendada de detergente. Los platos no quedarán más limpios por poner más jabón. Lo único que haremos es derrocharlo. Eso sí: si ponemos menos, es probable que el resultado del lavado no sea el esperado. Por eso la mejor solución es poner pastillas monodosis.
4. Abrirlo en cuanto acaba
Normalmente, los lavavajillas avisan cuando es hora de abrirlo. Cuando ha terminado el ciclo de lavado, la máquina parece parada y es muy tentador abrir la puerta para sacar toda la vajilla.
En realidad está en el proceso de secado y debemos esperar a que se desvanezca el vapor y que los utensilios queden bien secos. Si no nos esperamos lo suficiente, nos tocará pasar una servilleta en cada prenda antes de guardarlas en los armarios o cajones.
5. No lavar el filtro
Lavar los filtros cada dos o tres semanas. Si seguimos el consejo de no aclarar los platos, es probable que el filtro quede más sucio y sea necesario lavarlo con mayor frecuencia. No se olvide de revisarlo periódicamente porque los restos de comida pueden causar atascos y malos olores.
Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.