Los mejores consejos para cocinar sabroso y sin sal
La recomendación de la Fundación Alicia
Usar especias o priorizar las técnicas de cocción que concentren más los sabores son algunos de ellos
Qué comer si sufres una distorsión del gusto a causa de la Covid-19
Según datos publicados por la OMS (Organización Mundial de la Salud), las personas con hipertensión arterial se encuentran dentro del grupo de un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves o críticas si se ven infectadas con el virus de la COVID-19.
Una de las principales recomendaciones del Ministerio de Sanidad para las personas con hipertensión, además de las recomendaciones generales para prevenir el contagio por el virus de la COVID-19 y no abandonar la medicación habitual, es continuar realizando el régimen dietético recomendado por sus profesionales sanitarios de referencia, limitando en especial aquellos alimentos con alto contenido en sal.
A parte de las recomendaciones de prevención y la toma de medicamentos
Las personas con hipertensión deben continuar realizando el régimen dietético recomendado, limitando en especial los alimentos con mucha sal
Para ello es importante cocinar y hacerlo de forma sana, atractiva y fácil, priorizando los alimentos frescos como verduras, frutas, legumbres, farináceos integrales y tubérculos, pescado azul... Y evitar los alimentos procesados que contienen alto contenido en sal, como los embutidos y carnes procesadas (salchichas, hamburguesas), quesos curados, pan, aperitivos (olivas, patatas chips, galletas saladas, frutos secos salados…), conservas en general, salsas como el kétchup o la salsa de soja o incluso pastelería y bollería industrial.
Por otro lado, es esencial evitar añadir sal en las comidas.
Entonces, si no podemos cocinar con sal, ¿cómo lo hacemos para conseguir unos platos sabrosos y que no nos parezcan sosos? A continuación, algunos tips:
- Optar por alimentos o elaboraciones potenciando el resto de los sabores: ácidos, dulces, umami o incluso el amargo (como en el café y en el chocolate negro). Como salsas agridulces para acompañar algunas carnes, o guisos con fruta fresca o desecada, como el pollo a la catalana.
¡Vinagretas y aliños al poder!
Al final de cualquier elaboración siempre se puede optar por aliñar con alguna vinagreta (por ejemplo, aceite de oliva virgen extra con yogur y orégano, o con zumo de naranja y menta…)
- Utilizar especias (pimienta, pimentón, nuez moscada, canela, azafrán, mostaza, jengibre…), hierbas tanto frescas como secas (romero, tomillo, orégano, laurel, menta…), aliáceos (ajo, cebolla, chalota…), cítricos, tanto su zumo como la ralladura de la piel (limón, naranja, lima…) y otros ingredientes ácidos como el vinagre, tanto antes (macerando) como durante (escabeches…) o después de la cocción.
- También se puede por técnicas de cocción que concentren más los sabores: como la plancha, el vapor, el horno o el microondas.
- Aprovechar al máximo aquellos aromas generados gracias a las cocciones en sí. Por ejemplo, tostando bien los huesos o las verduras antes de hacer una sopa, caldo o crema de verduras
- ¡Vinagretas y aliños al poder! Al final de cualquier elaboración siempre se puede optar por aliñar con alguna vinagreta (por ejemplo, aceite de oliva virgen extra con yogur y orégano, o con zumo de naranja y menta…), salsas agridulces caseras (o chutneys) o aceites aromatizados (aprovechando el calor residual del horno, cuando cocinemos otras elaboraciones, para poner un bol con aceite de oliva virgen y un poco de laurel, romero, guindilla o ajo… y que coja todo el aroma).