Fu Manchú nunca muere
Historias del mundo
Alud de críticas en China ante un filme de la factoría Marvel por recrear el “peligro amarillo”
La cultura popular estadounidense ha maltratado siempre a los chinos. Hollywood en particular, desde las primeras películas de Fu Manchú a, por lo menos, Manhattan Sur (Michael Cimino, 1985), pasando por aquel panfleto colonialista que fue 55 días en Pekín. Pero hoy, el mercado chino es posiblemente el más goloso para la industria del cine. Sus ejecutivos no piensan en los términos racistas de Donald Trump sino simplemente en hacer caja. Así, en tanto los cómics Marvel están siendo un filón, y la versión cinematográfica del primer superhéroe negro, Black Panther, fue un taquillazo (superado ahora por la última entrega de Vengadores), el siguiente objetivo tenía que ser explotar el único superhéroe asiático de la factoría con la adaptación de Shang Chi, maestro del kung fu . Sin embargo, de momento –y a menos que cambie el guion– estos ejecutivos han metido la pata. La película no está ni rodada y ya tiene a muchos chinos en contra.
El proyecto de Shang Chi and the legend of the ten rings fue presentado el 20 de julio en el salón Comic-Con de San Diego (California), por su director, Destin Daniel Cretton, y su protagonista, Simu Liu. Al día siguiente aparecieron en Weibo, la versión china de Twitter, decenas de miles de comentarios negativos, con más de 76 millones de visitas. Ha habido críticas para todo. Que si el actor protagonista es sino-canadiense, mientras que el villano de la función sí es del todo chino –Tony Leung, un conocido actor de Hong Kong, a quien se le recrimina que aceptara el papel–, que si racismo, discriminación, orientalismo, explotación del “peligro amarillo”... El diario chino en inglés Global Times, atento a la polémica, prefirió señalar que hay que tomarse todo lo de Hollywood “con un grano de sal” porque siempre acaba haciendo algo “risible” cuando se acerca a temas chinos.
Pero, ¿cómo es posible que siente tan mal una película de un superhéroe chino? La culpa la tiene Fu Manchú, desde 1913 la quintaesencia del mal con rasgos asiáticos.
“Usasteis a Fu para atacar a China y ahora utilizáis a su hijo para sacarles el dinero a los chinos”
La historia es la siguiente. A principios de los años setenta del pasado siglo, Marvel fracasó al intentar obtener los derechos de la popular serie de televisión Kung Fu, protagonizada por David Carradine, por lo que el guionista Steve Englehart y el dibujante Jim Starlin crean su propia versión del pequeño saltamontes, un chino americano rebelado contra su padre, que no es otro que Fu Manchú. Shang Chi apareció en 1973 y durante años fue un secundario en la plantilla de superhéroes, pero ha sobrevivido con rasgos más juveniles y próximos al manga japonés.
Jim Starlin, pocos días antes de la presentación de San Diego, decía en una entrevista que preferiría que se eliminara del filme al maquinador aspirante a dueño del mundo. Starlin tenía claro que Fu resultaría tóxico, pero quizá no tanto la productora, que intentó en vano comprar los derechos de los descendientes de su creador, el escritor británico Sax Rohmer. La alternativa no ha sido buena. En lugar de Fu Manchú se ha colocado como padre de Shang Chi a El Mandarín, un personaje igual de chino y de retorcido, extraído de los cómics de Iron Man, interpretado en el cine por Ben Kingsley.
Los jóvenes chinos que han inundado las redes están al tanto del truco. “Llamar al villano El Mandarín ya es un insulto a China”, escribe un internauta. “En su día usasteis a Fu Manchú para insultar a China, ahora utilizáis al hijo de Fu para sacarle el dinero a los chinos, qué listos sois”, dice otro. Un tercero, con un discurso más elaborado, argumenta: “La cuestión no es si El Mandarín es exactamente Fu Manchú o su sustituto, la cuestión es que ambos personajes aparecieron por la discriminación y los estereotipos aplicados a la población china en años pasados”. Y a continuación mete el dedo en la llaga. En el siglo XX, dice, “los chinos éramos demasiado débiles para hacer frente a personajes como estos, pero ahora somos fuertes y tenemos la capacidad y la obligación de decir no a tales figuras”. El estreno se ha programado para el 2021. Hollywood aún está a tiempo.