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Clamor contra la edición genética de embriones humanos

Investigación abierta

Rechazo unánime a un investigador de China que asegura haber hecho nacer dos niñas después de modificar su ADN

Jiankui He ha liderado los experimentos

Mark Schiefelbein / AP

“Si es cierto, este experimento es monstruoso”, declaró ayer a la agencia Reuters Julian Savulescu, director del Centro de Ética Práctica de la Universidad de Oxford (Reino Unido). “Estas bebés están siendo utilizadas como cobayas genéticas”. Es “prematuro, peligroso e irresponsable”, dijo Joyce Harper, especialista en medicina reproductiva del University College de Londres, en la web de la revista Nature.

“Dado el estado actual de [esta] tecnología, soy partidario de una moratoria en la implantación de embriones editados”, terció en un comunicado Feng Zhang, pionero de la técnica de edición genética en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.).

Son algunas de las muchas reacciones que provocó ayer el anuncio del investigador chino Jiankui He de que ha hecho nacer dos hermanas gemelas, Lulu y Nana, después de haber editado su ADN. Según He, que no ha aportado pruebas de lo que dice haber logrado, las niñas han sido concebidas por reproducción asistida. Utilizando la técnica de edición genética CRISPR-Cas9, ha editado el gen CCR5 de los embriones antes de implantarlos en el útero. El objetivo es que las niñas no puedan resultar infectadas por el virus del sida, ya que el gen CCR5 produce una molécula que el VIH necesita para infectar las células.

Se ha alterado un gen con el objetivo de que las gemelas no puedan contraer el VIH

La noticia fue adelantada ayer por la agencia Associated Press (AP), un día antes de que He la presentara en un congreso sobre edición genética que se celebra en Hong Kong. Los detalles del experimento aún no se han publicado ni se han sometido al escrutinio habitual en la comunidad científica cuando se presentan nuevos resultados.

En cuanto trascendió la noticia, He perdió el apoyo de la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur, con sede en Shenzhen, a la que está adscrito. El trabajo es “una violación grave de la ética y los estándares académicos”, señaló la institución en un comunicado. La universidad, que ha abierto una investigación interna, dijo que He está en excedencia desde febrero.

También el hospital de Mujeres y Niños Harmonicare de Shenzhen, que supuestamente había autorizado el experimento, se distanció de He. La compañía Harmonicare Medical Holdings, propietaria del hospital, abrió su propia investigación para aclarar lo ocurrido y creó un comité de crisis, informó la agencia Bloomberg.

Edición genética de embriones

La Vanguardia

Incluso el Gobierno chino intervino en la polémica. La Comisión Nacional de Salud (equivalente al Ministerio de Salud) se manifestó “altamente preocupada” y ordenó a la administración de sanidad de la provincia de Cantón “investigar inmediatamente y clarificar el asunto”, informó Reuters.

Este rechazo unánime se debe a que la técnica CRISPR-Cas9, pese a su gran potencial para mejorar el tratamiento de enfermedades, tiene dos inconvenientes si se aplica a embriones. Por un lado, puede producir mutaciones indeseadas en regiones del genoma distintas a las que se quieren editar. Por otro, estas mutaciones indeseadas se transmitirán a las generaciones siguientes con consecuencias imprevisibles.

Es por este motivo que la Unesco reclamó en el 2014 una moratoria para no aplicar la edición genética a óvulos, espermatozoides y embriones humanos. La Cumbre Internacional sobre Edición Genética Humana –coorganizada por instituciones de EE.UU., el Reino Unido y China– aprobó en el 2015 una declaración que reclamaba “un amplio consenso social” antes de hacer modificaciones genéticas que se pudieran transmitir a los descendientes. Reino Unido aprobó en el 2016 el uso de la técnica en embriones humanos, pero sólo con fines de investigación, no de reproducción.

He, que tiene dos empresas de genética en Shenzhen, defiende que su objetivo es prevenir el sida. En su experimento han participado siete parejas en las que el hombre es portador del VIH y la mujer no. Ha implantado once embriones editados genéticamente en seis intentos antes de conseguir el primer, y hasta ahora único, embarazo. “Pienso que esto va a ayudar a las familias y a sus hijos”, ha declarado.

Los efectos secundarios indeseados se transmitirán a las generaciones siguientes

Sin embargo, el diagnóstico preimplantacional es una técnica más segura para evitar que personas con VIH transmitan el virus a sus hijos. Si el objetivo es prevenir la infección de mayores, modificar el gen CCR5 conlleva un mayor riesgo de otras infecciones como la gripe o la fiebre del Nilo Occidental, con lo que es cuestionable que los beneficios superen a los riesgos.

Pero lo más cuestionable es que, de las dos niñas que han nacido, una tiene modificada las dos copias del gen CCR5 y la otra, sólo una, ha informado AP. Con una sola copia modificada, no está protegida frente al VIH. Por lo tanto, la niña está expuesta a los posibles efectos secundarios indeseados de la edición genética sin ningún beneficio a cambio. Según el genetista George Church, de la Universidad de Harvard, esto sugiere que “la prioridad era ensayar la edición genética más que evitar la enfermedad”.