La variante BF.7 del virus de la covid, a la que se atribuyen el 80% de los casos registrados en China en las últimas semanas, no tiene capacidad de extenderse en una población altamente inmunizada como la española en la que circulan variantes más competentes.
Tampoco las secuencias genómicas de otras variantes que China ha notificado en los últimos días han revelado mutaciones preocupantes. “Todas se parecen mucho a variantes conocidas observadas en diferentes partes del mundo entre julio y diciembre”, informó el viernes el consorcio internacional de vigilancia genómica Gisaid.
La variante BF.7 está en declive en EE.UU. y el Reino Unido al no poder competir con las que ahora son dominantes
Si la información que China ha hecho pública se corresponde con la realidad de las variantes que circulan allí, y si la BF.7 no ha adquirido mutaciones problemáticas respecto a la misma variante detectada en otros países, el riesgo de que los coronavirus llegados de China causen un problema de salud pública en Europa es bajo en este momento. Esta es la posición que defiende el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), que el jueves calificó de “injustificados” los controles a viajeros procedentes de China.
La variante BF.7 mayoritaria en China ha demostrado no poder competir con otras variantes que predominan ahora en Europa y Norteamérica. Se trata de una descendiente de la ómicron BA.5 detectada en 91 países desde el pasado verano –según datos de outbreak.info- y que suele causar síntomas leves como los de un resfriado en poblaciones altamente inmunizadas.
En Estados Unidos, ha pasado de representar el 7% de las muestras analizadas a mediados de noviembre al 4% en la semana del 18 al 24 de diciembre. La misma tendencia se ha observado en el Reino Unido, donde llegó a representar el 9% de los casos en la primera mitad de octubre y desde entonces prácticamente ha desaparecido.
Pasajeros chinos a su llegada a un aeropuerto de Italia
Pero dada la incertidumbre sobre la situación de la epidemia en el país asiático, y la desconfianza sobre los datos que Pekín hace públicos, ya son trece los países que han decidido imponer controles a los pasajeros que llegan de China. Las medidas abarcan desde la obligatoriedad de un test negativo antes del viaje (que se exigirá en EE.UU., India, Francia o Australia, entre otros países) hasta la prohibición total de entrada de personas procedentes de China (en Marruecos), informa Reuters.
Ya son trece los países que imponen controles a los viajeros que llegan de China
En España, las medidas que entraron en vigor el sábado consisten en realizar un control de temperatura a todos los viajeros y en comprobar que están vacunados con pauta completa, que han pasado la covid en los últimos seis meses o que han dado negativo en un test antes del vuelo (máximo 24 horas antes si es el test es de antígenos y 72 horas si es una PCR).
Lee tambiénEspaña incrementa los controles a los viajeros procedentes de China ante la ola de contagios de coronavirus
Además, se les podrá realizar un test en el aeropuerto para comprobar si tienen una infección activa a su llegada a España. En caso de que el resultado sea positivo, no se puede restringir legalmente la movilidad de los afectados. La norma del ministerio de Sanidad publicada el sábado en el BOE delega en “los servicios sanitarios de las comunidades autónomas” la decisión de cómo actuar.
El primer vuelo al que se han aplicado estas medidas, de la compañía Air China, aterrizó el sábado a las 19.45 en Madrid procedente de Pekín.
El ECDC considera "injustificados" los controles a pasajeros procedentes de China
Los controles adoptados por España y otros países han sido criticados por el Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa (ACI Europa), que señaló el sábado en un comunicado que “no están científicamente justificados” y son “inefectivos”. Según ACI Europa, sería mejor “aumentar la secuenciación genómica para poder detectar nuevas variantes”, una opinión que se alinea con la del ECDC y de la comunidad científica.
Según el biólogo evolutivo Aris Katzourakis, de la Universidad de Oxford, impedir la llegada de unas decenas de posibles casos positivos en países que registran decenas de miles de casos semanales equivale a “exigir paraguas para la lluvia cuando estás nadando en medio del Atlántico”.