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Centros de investigación reclaman una inversión sin precedentes a la UE como única salida a la crisis de la Covid

Crisis del coronavirus

Una coalición de seis ciudades, lideradas por Barcelona, también realiza un llamamiento a Europa para que aumente el dinero a I+D

La alianza de centros de investigación reclama que se aumente el apoyo a la ciencia más fundamental, clave para que pueda haber traslación y transferencia.

CRG

Una alianza de 14 centros de investigación de excelencia europeos, punteros en el mundo, reclama una inversión sin precedentes por parte de Europa en respuesta a la Covid-19. Según este grupo de instituciones científicas, la actual pandemia de la Covid ha puesto de manifiesto que “Europa no es capaz de garantizar la seguridad de sus ciudadanos en una crisis sanitaria”. Advierten de que “los milagros no existen” y de que la única salida a la crisis generada es una apuesta clara por la investigación y la innovación. Para ello, reclaman que la Unión Europea aumente el presupuesto destinado a ciencia en un 50%, hasta alcanzar los 150.000 millones de euros para el periodo 2021-2027.

En un comunicado muy crítico, estos centros que integran la coalición EU-LIFE, impulsada hace 12 años por el Centre de Regulació Genòmica (CRG) de Barcelona y de la que forman parte instituciones como el Instituto Europeo de Oncología, en Milán, y el Instituto Curie, en París, alertan de que la actual situación de emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto “un problema grande de falta de inversión en investigación, pero también de carencia de industria y, por tanto, de dependencia de China y de Estados Unidos”, en palabras de Luis Serrano, director del CRG. A eso hay que sumar, añade, la escasa coordinación entre estados miembro para hacer frente a esta situación de pandemia.

“Estamos en un momento crucial para el futuro de Europa”, afirma Marta Agostinho, coordinadora de la alianza EU-LIFE. “La Covid ha demostrado la importancia que tiene invertir en conocimiento, que es la clave para poder hallar soluciones. Solo si conocemos más, porque tenemos investigación basada en la búsqueda de conocimiento, estaremos preparados para cualquier futuro reto global”.

En referencia a la tendencia de la Comisión Europa, a través de las convocatorias de recursos en programas marco como Horizonte Europa de financiar cada vez más ciencia aplicada y traslacional en detrimento de la ciencia más fundamental, aquella que se lleva a cabo sin un objetivo de aplicación concreto, Agostinho asegura que “hay que invertir, es obvio, en innovación y en producción de cadenas de suministros, pero sin olvidar que las soluciones vienen de la investigación más básica”.

La Covid ha demostrado la importancia que tiene invertir en conocimiento, que es la clave para poder hallar soluciones. Solo si conocemos más, porque tenemos investigación basada en la búsqueda de conocimiento, estaremos preparados para cualquier futuro reto global”

Marta AgostinhoCoordinadora EU-LIFE

“Está muy bien implementar, pero si detrás no hay investigación de base, buena ciencia, una vez esté todo implementado no quedará nada. ¿Y entonces qué?”, cuestiona Serrano. “Los centros de investigación de élite apostamos por la transferencia, por crear empresas y soluciones, pero eso solo será posible con una investigación de calidad bien financiada detrás. Las dos patas son imprescindibles”, añade.

Financiar la ciencia “de la curiosidad”

Es esta ciencia la que, explican en un comunicado, ha permitido hallar el 80% de los fármacos contra el cáncer; el estudio de los retrovirus, con el único objetivo de aprender más sobre ellos, fue crucial para enfrentarse tiempo después al Sida, cuando apareció en los años 80. Y la mayoría de los medicamentos que hoy se toman para tratar el colesterol se han podido desarrollar porque había investigadores que estudiaban los receptores del colesterol en las membranas celulares con el objetivo de entender como funcionaban.

Por ello, la alianza EU-LIFE reclama que el 35% de los fondos europeos a investigación se destinen a financiar precisamente ese tipo de ciencia más fundamental, que es, precisamente, la que impulsa mayoritariamente el Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés) a través de subvenciones. Se trata de proyectos de alto riesgo que no suelen atraer inversión privada y que, por tanto, dependen en exclusiva de la inversión pública. En el comunicado, los centros destacan un informe reciente que cuantificaba el retorno de estas inversiones: por cada euro que va a ciencia fundamental, se generan 4,20 euros para la sociedad.

No obstante, matiza en su documento esta alianza de centros, los fondos europeos deben considerarse complementarios y no venir a suplir la falta de inversión en I+D+i de los estados miembros. EU-LIFE reclama que cada país invierta al menos el 3% de su PIB nacional, una cifra superior a la media, que es del 2,06% y que triplica la inversión actual de España, que según los últimos datos es del 1,24%.

“Con el Plan Nacional de Investigación Científica, que se ha reducido a la mitad desde 2008, se muere uno de hambre. En España, y sobre todo los investigadores jóvenes que empiezan, la investigación depende de los fondos europeos”, critica Serrano, para quien la excelencia científica española se hubiera acabado de no ser por esos fondos europeos.

En el caso de Catalunya, además, según Serrano, “la inversión en ciencia por parte de la Generalitat es muy poca, pero se va a un número muy reducido de centros, que son muy potentes y competitivos pero a costa de no tener más centros de primera ni más universidades de primera que dieran apoyo al ecosistema”. Al final, segura el director del CRG, se trata de decidir qué país queremos: “¿queremos una economía que siga basada en el turismo o apostamos por una economía basada en el conocimiento?”.

La alianza de EU-LIFE reclama que la UE aumente en un 50% el presupuesto destinado a ciencia, hasta alcanzar los 150.000 millones de euros.

CRG

Seis ciudades europeas se unen a los científicos para reclamar más inversión

La publicación del manifiesto de esta alianza de centros coincide con el llamamiento de seis ciudades europeas, reunidas bajo el nombre de #Cities4Science, con ese mismo objetivo: que la Unión Europea incremente la inversión en investigación e innovación ante la crisis de Covid-19 a un mínimo de 120.000 millones para el periodo 2021-2027, según información de Efe. En esta coalición de ciudades, liderada por Barcelona, se encuentran Madrid, Berlín, Milán, Múnich y Estocolmo, que se han sumado a la reclamación de la comunidad científica y académica europea de que es necesario aumentar la financiación en I+D.

En una carta que han dirigido a los líderes de las instituciones europeas, a los grupos políticos del Parlamento Europeo y a los representantes de los Estados miembros, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau junto con los alcaldes de las otras ciudades reclaman “posicionar y fortalecer la investigación y la innovación europeas en el contexto internacional de ciencia e investigación, más allá de intereses particulares o partidistas”. Argumentan que es crucial disponer de un ecosistema científico “fuerte que tenga la capacidad de centrar los esfuerzos en la búsqueda de soluciones ante esta crisis y los futuros retos a los que se enfrenta la sociedad, especialmente a nivel urbano”.

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