Cómo crear una máquina virtual con Windows o Linux paso a paso

En esta guía te voy a explicar cómo crear una máquina virtual con Windows o Linux. Todo el procedimiento está basado en una aplicación de máquinas virtuales que se llama VirtualBox. Es una herramienta gratuita que está disponible en todos los sistemas operativos, así que vas a poder usarla en cualquier ordenador. Además, permite la emulación tanto de sistemas Windows como Linux. Así, podrás usar Linux en Windows, o viceversa. Descubre cómo sacarles todo el partido a las máquinas virtuales y crear tantas como necesites con esta guía completa, explicada paso a paso.

Crear una máquina virtual con VirtualBox para ejecutar Windows o Linux

Si aún no lo sabes, una máquina virtual es una especie de ordenador emulado por software que permite ejecutar un sistema operativo dentro de otro. Sin ir más lejos, este sistema permite tener Android dentro de Android. Y, muy pronto, las máquinas virtuales acercarán las aplicaciones Linux a Android.

Por decirlo así, es una herramienta que simula cada componente físico de un equipo, como el procesador, el adaptador de red o la unidad SSD. Esto es lo que en informática se denomina “virtualizar”, ya que, aunque el sistema operativo cree que se está ejecutando sobre un PC real, ninguno de sus componentes existe de verdad.

En el mercado hay un montón de aplicaciones para virtualizar sistemas. Por ejemplo, Windows incluye WSL, que permite instalar Linux dentro de Windows. También existe VMWare. Y en Mac puedes usar UTM, incluso en los procesadores Apple M1 en adelante. Ahora bien, la experiencia me dice que VirtualBox es la herramienta más conveniente en la mayoría de los casos. Es gratuita, está disponible en los tres principales sistemas y cuenta con un asistente que se encarga de configurar la máquina virtual. Por eso, a partir de aquí, todo lo que te explico se basa en la creación de máquinas virtuales con VirtualBox.

Lo primero que debes hacer es descargar el instalador de VirtualBox desde su página oficial. A continuación, ejecuta el archivo EXE que se acaba de bajar en tu PC. Si deseas instalar VirtualBox en Linux, lo mejor es que lo hagas desde el administrador de software de la propia distribución. También puedes acceder a este software con distintos gestores de paquetes, tal y como se explica aquí.

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En Windows, tendrás que completar el proceso de instalación usando el típico asistente. Ve presionando en Siguiente hasta que llegues al final.

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Ahora es momento de descargar un sistema operativo. Aquí me voy a centrar en la instalación de Linux dentro de Windows, aunque se puede hacer al revés también. Incluso puedes instalar Windows dentro de Windows. Lo que necesitas en ambos casos es el archivo de imagen, que casi siempre viene en forma ISO. Yo voy a descargar Linux Mint porque es muy ligero y rápido de obtener. Ahora bien, en tu caso, bajarás el archivo correspondiente al sistema operativo que deseas virtualizar.

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Cuando tengas la ISO del sistema operativo, abre VirtualBox y presiona en el botón Nueva.

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Entonces, asigna un nombre a la máquina virtual, selecciona la ISO con el explorador de archivos e indica el sistema que instalarás. En las últimas versiones, VirtualBox cuenta con una opción de instalación desatendida. En función del archivo ISO que elijas, detectará automáticamente el sistema operativo. Además, lo instalará y configurará según la configuración que apliques en los siguientes pasos. Vamos a continuar con la instalación desatendida, que se puede desactivar, si lo prefieres, marcando la casilla inferior. En mi caso, debo reconocer que no funcionó correctamente. Luego te lo explico mejor.

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Con la instalación desatendida, VirtualBox te pedirá que crees un usuario y una contraseña. También que le asignes un nombre a la máquina.

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Especifica cuánta memoria RAM quieres proporcionar a la máquina virtual y cuántos núcleos de la CPU. Te recomiendo elegir un valor alto, pero que esté dentro de la zona verde. De lo contrario, el equipo anfitrión sufrirá para mantener los dos sistemas a flote.

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Es momento de crear la unidad de almacenamiento de tu máquina virtual. Este espacio se reserva de manera dinámica. Eso quiere decir que no estás ocasionando un archivo con el tamaño equivalente al seleccionado. Más bien, estableces el límite de almacenamiento máximo, y el archivo de disco va creciendo a medida que se llena en la máquina virtual. Solo si marcas la opción Reservar tamaño completo, VirtualBox generará un archivo con el tamaño indicado.

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Finalmente, presiona en Terminar para lanzar por primera vez tu máquina virtual.

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Debes presionar en Iniciar para que se ponga en marcha. Es como si encendieras un ordenador.

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Como te dije, la instalación desatendida no funcionó en mi caso. Sea como fuere, la máquina se inició desde la ISO y cargó la versión live o en vivo de Linux Mint. En el escritorio está la opción de Instalar Linux Mint.

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Al presionar sobre ella, se abre el instalador que permite implementar el sistema operativo de forma definitiva en el equipo virtual.

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Algo que te recomiendo encarecidamente es que instales los complementos de invitado o Guest Additions. Son los drivers del hardware virtual de la máquina, proporcionado directamente por VirtualBox. De este modo, Windows o Linux van a funcionar mejor en la máquina virtual, con un mayor rendimiento e integración con el equipo anfitrión. Por ejemplo, con estos drivers, es posible redimensionar la ventana y que la resolución de pantalla se adapte de forma dinámica.

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Una vez lo configuras todo, podrás usar el sistema operativo instalado en la máquina virtual con total normalidad.

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VirtualBox es una excelente herramienta para crear todo tipo de máquinas virtuales para probar aplicaciones o, simplemente, disfrutar de varios sistemas operativos en una sola máquina. Recuerda que, hagas lo que hagas en la máquina virtual, los cambios no afectarán nunca a tu equipo real, es decir, el PC anfitrión.

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