Sam Altman, CEO de OpenAI: "Un ingeniero puede parar un tren, pero una megacorporación no puede frenar un negocio rentable"

Una vez más, el director ejecutivo de OpenAI ha compartido sus reflexiones sobre el impacto de la IA en el ámbito laboral y socioeconómico, donde vislumbra un panorama complejo repleto de desafíos, pero también de oportunidades. Su análisis, expuesto en una reciente entrevista con The Economist, de la que se ha hecho eco El Periódico de España, combina advertencias sobre disrupciones inevitables y propuestas para construir un marco de adaptación responsable.

Altman compara el avance de la IA con "un tren imposible de detener por una megacorporación", haciendo énfasis en la naturaleza irreversible de esta revolución tecnológica que estamos viviendo. A diferencia de innovaciones anteriores, la Inteligencia Artificial General (AGI), que son sistemas que superan las capacidades humanas en múltiples dominios, podría generar un "pánico inicial de dos semanas", aunque minimiza los efectos catastróficos a largo plazo, según sus proyecciones.

Así es el futuro del trabajo, según Sam Altman: ¿oportunidad o crisis por la IA?"

Esta perspectiva se apoya en la naturaleza gradual de su desarrollo, que permitiría periodos de adaptación. Hay tres factores clave que explican la inevitabilidad del cambio: en primer lugar, la rentabilidad económica de las soluciones basadas en inteligencia artificial; por otro lado, la descentralización en su desarrollo tecnológico; y, por último, un punto clave sería la integración progresiva en procesos productivos.

El CEO de la compañía tecnológica proyecta la desaparición de categorías laborales completas, particularmente en sectores con tareas repetitivas o predecibles. Sin embargo, enfatiza que este proceso irá acompañado del surgimiento de nuevos roles centrados en creatividad y gestión tecnológica, la reconfiguración de profesiones existentes mediante herramientas de IA aumentada y la posible reducción de jornadas laborales por ganancias en eficiencia.

Bajo su punto de vista, el riesgo principal radica en las transiciones abruptas. Altman, que recordemos que antiguamente fue socio de Elon Musk en OpenAI, lanza una clara advertencia: sin mecanismos de protección social, podrían ampliarse las brechas económicas. Tal y como explicó hace unas semanas con su planteamiento de un nuevo contrato social, propone modelos como la renta básica universal financiada mediante impuestos, entre otras cosas.

Mientras reconoce peligros como la manipulación informativa o el desempleo tecnológico, Altman subraya el potencial transformador de la IA en diversos campos. Como ya ha comentado en anteriores ocasiones, cree que esta revolución tecnológica afectará positivamente en la investigación científica, los servicios públicos y la democratización del conocimiento, en este último caso al brindar acceso masivo a herramientas de diagnóstico y formación.

Como conclusión, Altman considera que el resultado final dependerá de nuestra capacidad para institucionalizar dos principios: flexibilidad adaptativa en políticas públicas y distribución equitativa de los frutos tecnológicos. La visión de este hombre, todo un referente en el campo de la inteligencia artificial, apunta a un paradigma donde la IA no sustituya a la fuerza laboral, sino que redefina radicalmente el concepto mismo de trabajo productivo.

Por supuesto, este análisis plantea todo un desafío para la sociedad: construir puentes entre la velocidad exponencial del cambio tecnológico y los tiempos orgánicos de adaptación humana. La propuesta de Altman sugiere que el verdadero "botón rojo" de seguridad no está en detener la IA, sino en diseñar sistemas socioeconómicos resilientes capaces de absorber sus disrupciones mientras potencian sus beneficios colectivos.

Puedes seguir a Andro4all en Facebook, WhatsApp, Twitter (X) o consultar nuestro canal de Telegram para estar al día con las últimas noticias de tecnología.