Microsoft ha descubierto el material que podría cambiar las baterías para siempre
Ha sido gracias a la IA y la supercomputación, tecnologías que ya están cambiando y potenciando el modo en que evoluciona la ciencia que conocíamos
Atentos todos porque las baterías de nuestros móviles también evolucionan, y eso que creíamos que su tecnología estaba más que amortizada y no había mucho más que rascarles además de la potencia y la velocidad de carga. En parte es así, pues lo cierto es que el progreso no llega de la mano del litio ni de las actuales composiciones de los acumuladores energéticos que conocemos, sino que estamos asistiendo al inicio de una nueva era gracias a las baterías de estado sólido, las nuevas baterías ultra-densas y, mucho ojo a este dato, también a un controvertido concepto nuclear que no sé si quiero tener en el bolsillo.
No llegarán a los 50 años de autonomía que prometen estas últimas, pero lo cierto es que gracias a la computación de alto rendimiento y a la IA tenemos noticias acerca de un nuevo material que podría cambiar las baterías para siempre, que nos descubrían los compañeros de The Verge hace unos días y que está siendo desarrollado por Microsoft y el mismísimo Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL).
Obviamente, es temprano para hablar de algo palpable, pues estamos ante una investigación en curso que conocemos gracias a los papers científicos recién publicados, en los que se habla de un prometedor material, un inédito tipo de electrolito de estado sólido, cuyas características son muy reseñables para el futuro de la industria móvil.
Este nuevo material que Microsoft y el PNNL tienen en sus laboratorios permitiría crear baterías más estables que las actuales de litio, con menos posibilidad de explosión y una menor cantidad de litio, material cada vez más valioso por culpa de la movilidad eléctrica.
Los investigadores se muestran entusiasmados con la IA: "Lo más importante es la velocidad con la que llegamos a nueva idea"
Lo primero que han querido reseñar desde el Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico en palabras de Karl Mueller, químico físico y director de su oficina de desarrollo de programas, es que la colaboración con Microsoft y la utilización de su tecnología Azure Quantum Elements (AQE) ha acelerado al máximo el proceso de investigación para llegar a conclusiones válidas con una velocidad que sería imposible alcanzar sin la intervención de la IA y la supercomputación proporcionadas por los de Redmond.
De hecho, recalcan que este descubrimiento es sólo el primero de muchos materiales que probarán en los próximos meses para completar su investigación, confirmándonos que la herramienta AQE de Microsoft les sugirió en primera instancia nada menos que 32 millones de candidatos cuando le consultaron sobre materiales que limitasen el uso de litio en las baterías.
He aquí la magia, pues la IA les permitió reducir en minutos esta lista de candidatos a unos 500.000 filtrando por su estabilidad, hasta llegar a una lista de *sólo 23 materiales a investigar a medida que se introducían filtros de conductividad energética, movimiento de los átomos dentro de cada material, etcétera... Incluso utilizaron información costes y disponibilidad de cada cantidato que las herramientas de Microsoft pusieron a su alcance.
Y todo este trabajo en 80 horas más o menos, una hazaña tremenda que habría sido imposible sin la IA:
Lo más importante es la velocidad con la que llegamos a una nueva idea, a un nuevo material. Si podemos ver ese tipo de aceleración, mi apuesta sería que este es el camino del futuro para encontrar este tipo de materiales. 32 millones es algo que nunca podríamos haber hecho... Imagínese a un ser humano sentado y revisando 32 millones de materiales y eligiendo uno o dos de ellos. Simplemente no podría suceder.
Hasta un 70% menos de litio gracias a una combinación con el sodio
En cuanto al nuevo material, sabemos que utiliza una combinación de litio y sodio, siendo este último un elemento más abundante y asequible. El compuesto sintetizado nos dicen que reduciría la cantidad de litio necesario en un 70% nada menos, y podría usarse para conseguir una batería de estado sólido más segura que cualquier otra fabricada con electrolitos líquidos.
De hecho, el PNNL ya ha conseguido producir una batería que funciona a partir de este compuesto y que alimentó sin problemas una bombilla y un reloj, aunque lo cierto es que quedan muchos detalles por pulir todavía. Por poner un ejemplo, afirman que la conductividad se resiente más de lo esperado, más incluso que en otras baterías de estado sólido.
Por supuesto, quedan muchas pruebas, cientos de prototipos y decenas de ajustes para que este material o cualquier otro demuestre su valía para productos de corte comercial, pero al menos ahora sabemos que la IA les permitirá trabajar con una velocidad impensable para probar incluso otros candidatos similares, no sólo este.
¡Si el futuro ya prometía, la IA ahora nos lo acercará mucho más rápido!
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