La comunidad científica, en pie de guerra contra Elon Musk. Su objetivo es lanzar 30.000 satélites
Musk hace oídos sordos a la comunidad científica, que le pide evitar la proliferación de basura espacial en la órbita terrestre
Es bien sabido que, aunque la posición de Elon Musk en el mundo esté ubicada en la élite científica a nivel de oportunidades, sus poco ortodoxos métodos tienen infinidad de detractores. De hecho, una de las ideas que tiene el magnate sudafricano, y que consiste en lanzar al espacio más de 30.000 satélites Starlink, tiene a la comunidad científica en pie de guerra por la proliferación de basura espacial orbitando la Tierra por ese tipo de prácticas y, por ende, que dificulta el trabajo de los astrónomos desde la superficie terrestre.
Los satélites y la basura espacial obstruyen la visión
El principal motivo que preocupa a los astrónomos del mundo está en el hecho de que las observaciones podrían verse constantemente interrumpidas por satélites obstruyendo la visión de los telescopios, tanto al ser un obstáculo directo, como por la iluminación que suelen emitir, la cual impide observaciones más profundas en muchas ocasiones. Hoy en día ya les supone un problema con unos 14.000 satélites orbitando la Tierra (sin incluir la basura espacial), por lo que lo que propone Elon Musk agravaría dicha situación.
Tiempo atrás, SpaceX, la compañía de Musk enfocada en trabajos espaciales, recibió el permiso para lanzar 7.500 de sus satélites Starlink, con los que facilita el acceso a Internet en lugares recónditos, pero en un documento de 20 páginas que la compañía presentó oficialmente rechazan dicha cifra, e insisten en que deben ser 29.988 los satélites lanzados para llevar a cabo su trabajo con efectividad. Como es natural, esta es la principal fuente de preocupación de la comunidad científica, cuyas metas cada vez distan más de las de Elon Musk, especialmente en el método.
De hecho, muestra de esta creciente problemática está en el hecho de que, en 2020, se estimaba que había unos 2.200 satélites orbitando en la Tierra, una cifra que, desde entonces, casi se ha multiplicado por 7. Además, el astrónomo Piero Benvenutti contó a The Independent que actualmente había peticiones de toda clase de compañías para lanzar 1,7 millones de satélites, lo que implica el extremo proceso de descarte que la Unión Internacional de Telecomunicaciones lleva a cabo para no inundar los cielos con satélites y más basura espacial.
La problemática basura espacial
Uno de los asuntos que más se suele dejar de lado a la hora de trabajar en misiones espaciales es en el impacto ambiental que se está perpetrando en las cotas más altas de la atmósfera terrestre. Esta basura espacial, además, no solamente dificulta el trabajo de astrónomos, sino que también se convierte en un peligro para la Estación Espacial Internacional, que realiza constantes maniobras para evitar impactos que provoquen daños en su estructura, o cuando la basura cae hacia la Tierra con riesgo de caer en núcleos de población.
Es por ello que dentro de la comunidad científica hay una vertiente importante de astrónomos y científicos que abogan por una investigación sostenible, buscando evitar en la mayor medida posible la incorporación de más satélites a nuestra órbita y evitando que la basura espacial se convierta en un obstáculo y riesgo para investigadores y población.
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