Tras conquistar el mercado móvil, China va a por las teles: TCL ya vende más Smart TV de gran tamaño que Samsung
Firmas como TCL y Hisense ya se encuentran en lo más alto de los rankings de ventas a nivel global
Son buenos, tienen las últimas tecnologías y, sobre todo, son más económicos que sus principales rivales. Los televisores inteligentes de marcas chinas han irrumpido en el mercado global con fuerza, del mismo modo que ya lo hicieron los móviles en su momento. A día de hoy, firmas como TCL o Hisense ya han conseguido hacerse un hueco entre las primeras posiciones del ranking global, hasta el punto de llegar a superar a compañías históricas del sector como LG o Samsung en algunos segmentos.
De hecho, las últimas noticias que llegan desde Corea del Sur colocan a TCL como la marca que más Smart TV vende en la categoría de "gran pulgada prémium, con nada menos que un 23% de cuota de mercado a lo largo del tercer trimestre del año. Es el segundo trimestre consecutivo en el que la compañía con sede en Huizhou logra situarse por delante de Samsung en este mercado, cada vez más importante para los fabricantes de televisores.
TCL supera a Samsung, y Hisense acecha en la tercera posición
Los últimos datos de mercado dejan clara la caída de Samsung en el segmento de los televisores de gran pulgada. La compañía de Seúl ha pasado de contar con un 26% de cuota de mercado en el tercer trimestre del año pasado, a tener "solo" un 19%. Esto ha permitido a TCL afianzarse en la primera posición del mercado, mientras Hisense, otra compañía de origen chino, se acerca cada vez más después de haber superado a LG para conseguir la tercera posición.
No es de extrañar que las firmas chinas estén ganando cada vez más terreno en este segmento. La propia TCL ha centrado su apuesta para este año en los televisores de gran pulgada (aquellos de más de 80 pulgadas de diagonal), con modelos como el X955 Premium, un bestial televisor QD-MiniLED de 115 pulgadas de diagonal.
La compañía también cuenta con modelos de entre 88 y 100 pulgadas cuyos precios son notablemente más bajos que los de las compañías rivales. Si se suma esto a la calidad de los paneles, cada vez mayor en los modelos de origen chino, resulta lógico que el consumidor esté optando por adquirir los modelos de firmas como TCL o Hisense en lugar de modelos más caros de otras marcas.
Estas diferencias de precio serán cada vez menos evidentes, eso sí. La gran mayoría de fabricantes chinos tienen como objetivo luchar con Samsung y LG en el mercado de los televisores prémium, un segmento muy competitivo donde la imagen de marca suele ser más importante aún que las propias características del producto.
El asedio chino es real, pero los fabricantes "de toda la vida" tienen tiempo para reaccionar
El campo de batalla de los Smart TV se ha teñido de rojo, y ya no estamos hablando de una moda pasajera, sino de una ofensiva estratégica liderada por marcas chinas como las propias TCL y Hisense, que, a base de precios imbatibles, están erosionando el dominio de titanes como LG y Samsung.
Pero el éxito de este tipo de marcas no es fruto del azar. Detrás de cada TCL y Hisense hay un gigante: el estado chino. Este apoyo, traducido en subsidios, acceso a materias primas a precios reducidos y una mano de obra considerablemente más barata, les otorga una ventaja competitiva casi insuperable en el terreno del precio. Es una guerra de desgaste donde LG y Samsung, por más eficientes que sean, difícilmente pueden ganar a golpe de rebajas.
Si la batalla no se puede librar en el terreno del precio, LG y Samsung deben fortalecer sus defensas en otros frentes. La clave reside en construir un ecosistema sólido basado en otros pilares fundamentales: el software y los servicios, y el soporte posventa.
Las dos gigantes coreanas son conscientes de ello, y ya están llevando a cabo estrategias con las que intentar convencer al usuario a través de una experiencia prémium. Es el caso de los cinco años de garantía de LG o de su apuesta por mantener el software actualizado de sus televisores durante cinco años, o la estrategia de Samsung de convertir sus televisores en el hub central de su ecosistema SmartThings.
La guerra de los Smart TV está lejos de terminar. La ofensiva china es agresiva, pero LG y Samsung tienen las armas para defenderse y, más importante aún, para contraatacar. El futuro no se define solo por la calidad de la pantalla, sino por la experiencia global que se ofrece al usuario. La innovación, la diferenciación y la atención al cliente son las claves para sobrevivir y prosperar en esta nueva era de la televisión. La batalla se ha trasladado del hardware al software y los servicios. ¿Estarán a la altura LG y Samsung? El tiempo lo dirá.
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