Bill Gates, fundador de Microsoft, sobre su pasado con las drogas: "Steve Jobs dijo una vez que le hubiera gustado que yo tomara ácido"
¿Hubiera mejorado el diseño de los productos de Microsoft con un poquito de LSD? Según el exCEO de Apple, sí
En Código fuente: Mis inicios, la autobiografía de Bill Gates que ha visto la luz hace apenas dos semanas, el magnate y filántropo estadounidense comparte diversas anécdotas sobre su juventud, incluyendo experiencias con drogas. ¿Y quién estaba implicado en uno de esos episodios? El mismísimo Steve Jobs, otro icono tecnológico con el que chocaba tanto como se complementaba, quien le sugirió que el consumo de LSD podría haber mejorado el diseño de los productos de Microsoft.
Cuando Steve Jobs le dijo a Bill Gates que el LSD habría mejorado Windows
El que un día fuera CEO de Apple, Steve Jobs, también fue conocido en la década de los 70 por atribuir parte de su creatividad a sus experiencias con LSD. De hecho, le llegó a decir a Gates lo siguiente: "Ojalá hubieras tomado ácido, quizá así habrías tenido más gusto en el diseño de tus productos". Esta observación reflejaba la filosofía de Jobs, quien consideraba que las sustancias psicodélicas expandían la mente y facilitaban ideas revolucionarias, como demostró con diseños icónicos del iMac o el iPhone.
Según cuenta en su autobiografía, Gates respondió con humor y autoconciencia: "Me tocó el lote equivocado. A mí el de codificación, a él el de diseño y marketing". De esta manera, reconoció la brecha entre sus habilidades, orientadas a la lógica y el código, frente a las de Jobs, mucho más centrado en la estética y la experiencia de usuario. No obstante, también expresó admiración por los talentos de su rival: "Envidio esas habilidades. No estoy a su altura".
Aunque Gates reconoció haber experimentado con LSD y marihuana en su juventud, abandonó su uso al priorizar la claridad mental necesaria para construir Microsoft. "Me gusta que mi mente funcione de forma lógica. Dejé la marihuana a los 20 porque me volvía descuidado", explicó en varias entrevistas. Además, en su libro relata dos episodios con LSD: uno que culminó en una incómoda visita al dentista bajo sus efectos, y otro compartido con Paul Allen mientras veían Kung Fu.
¿Y qué podemos sacar como conclusión de todo esto? Pues, evidentemente, que Gates optó por un enfoque analítico y Jobs integró su visión psicodélica en el ADN de Apple. Esta diferencia se plasmó en sus productos: Microsoft dominó el software empresarial con Windows y Office, mientras que Apple revolucionó el diseño de la tecnología de consumo.
A pesar de que esta historia puede parecer una mera anécdota, lo cierto es que subraya cómo dos genios confrontaron la innovación desde extremos opuestos: la experimentación sensorial frente el pragmatismo estructurado. Gates, aunque escéptico del uso recreativo, muestra interés en aplicaciones terapéuticas de los psicodélicos, citando el libro Cómo cambiar tu mente de Michael Pollan.
Más allá de la polémica, el intercambio entre ambos refleja una rivalidad que impulsó la era digital. Como resumió Gates: "Éramos compañeros de viaje en esta aventura tecnológica". A día de hoy, sus legados (el diseño disruptivo de Apple y el software omnipresente de Microsoft) siguen definiendo la tecnología moderna, demostrando que la excelencia puede florecer en múltiples formas.
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