A la IA también le gusta hacer el vago. Le piden a ChatGPT hacer un guion y empieza a procrastinar
ChatGPT ha comenzado, otra vez, a procrastinar
Los escritores conforman una de las profesiones que más veces suelen ser atacadas. Normalmente, porque parte del proceso creativo se considera desde fuera como si fuera una mera procrastinación. Por eso, al creador de una de las sagas de fantasía más complejas de la historia, como es George R. R. Martin, escritor de Canción de hielo y fuego, se le suele llamar vago porque es incapaz de **terminar su obra ciclópea. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con Patrick Rothfuss, mientras que se alaba que otros autores escriban libros rápidamente. Pero, es que escribir no es fácil. Al contrario.
A la hora de escribir, sobre todo ficción, intervienen cuestiones como la creatividad, el análisis de situaciones o la capacidad para sintetizar algunos pasajes y extenderse en otros.
Por ello, cuando le pidieron a una IA que escribiera un guion, esta ha atravesado momentos creativos complicados hasta que finalmente ha empezado a vaguear de una forma clara y notable. De acuerdo con el medio Futurism, el experimento ha sido llevado a cabo por el cineasta Nenad Cicin-Sain y el resultado ha sido cuanto menos interesante.
La IA ha heredado el bloqueo creativo
El cineasta Nenad Cicin-Sain ha intentado utilizar ChatGPT para escribir un guion de su próximo proyecto. Así, de esta manera, el artista quería probar el potencial de la IA y observar si era equiparable al ser humano. Cuando llegó la fecha de entrega de este proyecto, el robot empezó a poner excusas y retrasar la entrega.
Un proceso que el autor pensaba que sería prácticamente inmediato se convirtió en un trabajo frustrante de meses, en el que ChatGPT no paraba de poner excusas y ofrecía resultados completamente insatisfactorios. La IA llegó incluso a hacer luz de gas al autor, asegurando que jamás se había establecido un plazo para la entrega. Cuando originalmente había prometido escribir el guion en dos semanas.
Cuando terminó con su trabajo, ChatGPT ofreció un contenido de una calidad realmente baja que el mismo consideraba de gran calidad. Por ello, está claro que la IA todavía no está a la altura de escribir guiones. Pero en todo este proceso hay un fenómeno realmente interesante y que va más allá de ello.
El fracaso de ChatGPT haciendo el guion nos hace preguntarnos cómo se entrena a una IA, cuáles son sus limitaciones y cómo se pueden evaluar sus resultados para generar un contenido de mejor calidad, a la vez que se es más crítico con lo que la IA es capaz de aportar a los usuarios finales.
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