Crítica de 'Gladiator II': Máximo puede descansar tranquilo

Ridley Scott contenta hasta a los fans más acérrimos, y no lo tenía fácil

Crítica de 'Gladiator II': Máximo puede descansar tranquilo
Paul Mescal nos hace casi olvidar al sempiterno general y padre de familia con una interpretación de altura
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Gladiator, la película que en el año 2000 revitalizó ella sola el cine de género histórico, estrena este viernes una segunda entrega, continuación directa además, rodeada, como no podía ser de otra forma, de una mezcla entre escepticismo e ilusión, ya que la primera es, para muchos entre los que me incluyo, uno de sus filmes favoritos de todos los tiempos.

Históricamente imprecisa, por decirlo suavemente, pero redonda en todos sus demás apartados, con un Russell Crowe firmando el papel que hará que le recordemos por siempre, Gladiator, dirigida por Ridley Scott, quien también se ha encargado de esta segunda, nos presentaba a un general romano, Máximo Décimo Meridio, que tras ser traicionado por el emperador Cómodo (interpretado por Joaquin Phoenix) era forzosamente enrolado como gladiador.

La nueva 'Gladiador'

Un relato de resistencia ante la adversidad, coraje, superación y sobre todo venganza que tuvo un cierre de lujo y que no veíamos posible recuperar, por lo que que el también responsable de la igualmente difusa en términos de precisión ante los hechos acaecidos en la realidad Napoleón anunciara que estaba trabajando en una secuela (y quién sabe si no en una tercera entrega ya) nos pilló por sorpresa y no de demasiado buen ánimo.

Tranquilos. Solo os adelantamos eso, pues los temores con los que entramos a la sala de cine se disiparon a los pocos minutos de comenzar una cinta protagonizada por Paul Mescal, Lucius, el hijo de Lucila (Connie Carter) en esta secuela que poco o nada tiene que envidiar a su antecesora y que ha salido airosa de la inevitable comparación.

Otra vez empujado a un sangriento y aciago destino

Comienza Gladiator II como lo tiene que hacer, con trigo, en grano eso sí, el cual cae entre las manos del personaje de Hanno, que desde un primer momento sabremos es Lucio llevando una nueva vida, la cual recuerda a aquella visión idílica que Máximo quería para él y los suyos.

Crítica de 'Gladiator II': Máximo puede descansar tranquilo

No tardará en complicarse las cosas por África Nova, pues las tropas romanas, lideradas por Acacio, interpretado por un Pedro Pascal al que el único y pequeño pero que le podemos poner es en lo relativo a su acento en versión original, siguen con sus planes de conquista, pues la sed que tienen los nuevos emperadores no conoce límites.

Así, los vencidos serán vendidos como esclavos y de entre éstos solo unos pocos serán elegidos como gladiadores, capaces, si sobreviven, de comprar su propia libertad, o de intercambiarla por su sangre en la arena. Macrino, Denzel Washington, será quien compre a nuestro protagonistas después de verle pelear contra unos babuinos claramente recreados en CGI, prometiéndole además que si quiere pelear contra el que irrumpió en el que era su hogar, eso tendrá.

El sueño de Roma, hecho pedazos

Un esquema como vemos muy similar al de la cinta que pronto cumplirá un cuarto de siglo, pero en esta ocasión las intrigas palaciegas cobrarán mayor importancia que nunca, pues urge derrocar a los hermanos Geta y Caracalla (Joseph Quinn y Fred Hechinger respectivamente) antes de que acaben para siempre con el sueño de Roma que tenía Marco Aurelio.

gladiator ii

Una suerte de complots que quizás podrían haber sido más o más elaborados pero que, junto a las escenas de acción de las que hace gala Gladiator II dan como resultado un conjunto sumamente entretenido las casi dos horas y media que dura, haciendo que sea imposible que nos aburramos o que apartemos los ojos de la pantalla.

Unos tempos medidos como hacía mucho no le veíamos a Ridley Scott, que, como en la primera, ha dejado buena parte del peso narrativo a los personajes y a la interpretación de sus actores, y la jugada le ha salido redonda.

Un reparto que lo es todo

Connie Nielsen y Derek Jacobi son los únicos que regresan, con Nielsen repitiendo como Lucila, quien es ahora el interés romántico de Marco Acacio. Del senador Graco esperábamos algo más, sin embargo Gladiator II es muchas veces más cruda y salvaje que su predecesora y los luchadores y la arena del Coliseo serán una vez más los verdaderos protagonistas, con Lucio en el centro.

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Paul Mescal tenía difícil equipararse al Máximo Décimo Meridio de Crowe, pero ha logrado estar a la altura gracias a una interpretación tan propia como portentosa, pese a que aquí se gane quizás demasiado rápido la confianza del resto de gladiadores o del propio Macrino, que esconderá más de lo que aparenta, aunque Denzel sepa ocultarlo hasta el final.

Mención aparte para Geta y Caracalla, que lejos de caer en el histrionismo más burdo se presentan, especialmente Joseph Quinn, como dos figuras creíbles a las que odiar, sentimiento que lograrán despertar entre los videntes con creces. Del resto del reparto nada que objetar tampoco, y eso que esta Roma está más bulliciosa que nunca.

Opulencia y decadencia

Y falta de valores, lo que la ha llevado a la situación actual, que comparte muchas similitudes con el tiempo que nos está tocando vivir, y es que Ridley Scott parece mantener una actitud subversiva hacia el panorama político y social aunque es algo que no se desarrolla demasiado, ya que aquí a lo que hemos venido es a ver los Juegos y todo lo que conllevan.

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Sangre y sudor, básicamente, y de eso hay y mucho. Gladiator II puede presumir de tener muchos de los golpes más contundentes, podemos afirmarlo ya, de la historia del cine. Puede que no sea Ong Bak, pero casi. Cada impacto se siente y se sufre, cada corte, cada grito, y lo mismo para el repicar de las espadas o lo que veáis.

Cuando el CGI no es necesario

Salvo las dichosas escenas generadas por ordenador. Puede que haya habido peleas con rinocerontes en la arena del Coliseo o que su patio se haya anegado de agua para recrear un evento naval, igual que es probable que se hiciera pelear a esclavos con primates, pero si lo único que hacen esas escenas es que seamos conscientes de que ahí hay CGI, te las puedes ahorrar.

Se supone que agregan espectacularidad y variedad a la obra además de mostrar la copiosidad sin límites de la que hacían gala sus gobernantes, pero, salvo la del rinoceronte, la más creíble hablando desde la parte técnica, no suman lo suficiente, aunque Scott parece consciente de ello y las relega a unos pocos minutos en pantalla con, además, planos cortos para maquillar el resultado.

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Por ponerle una nota positiva, las panorámicas del Coliseo, Roma o el puerto de Ostia son consecuentes con lo que vimos hace ya más de dos décadas, guardando un estilo visual (iluminación, efecto de difuminado, etc.) similar.

Recuperando lo que queríamos

Por fortuna, la norma son las espectaculares peleas con gladius, mazas y demás, así como los tejemanejes en las sombras o una historia de frustración y reconciliación (y frustración otra vez) entre el verdadero heredero al trono de Roma y su madre y todos aquellos que les rodean.

Un recital visual al que acompaña a la perfección la banda sonora compuesta por Harry Gregson-Williams, el británico conocido por su trabajo en la saga Shrek, The Equalizer o Enemigo público así como en los videojuegos Metal Gear. Claro que si no echamos de menos a Hans Zimmer y Lisa Gerrard es porque buena parte de sus temas se han reutilizado o reciclado para la ocasión, lo que también ayuda a darle ese punto de nostalgia y continuidad a esta nueva cinta.

Conclusión

Gladiator II es la historia de la verdadera Roma, no la verdadera historia de Roma, y como tal nos ha encantado. Teníamos y todavía es así a la del año 2000 en un pedestal, pero su nueva historia, por mucho que no sea de las más originales, así como la actuación de todos sus protagonistas, con un Mescal encomiable que por momentos hará que lo pongamos a la par que a Máximo, nos han convencido y dado la razón a Ridley Scott.

Crítica de 'Gladiator II': Máximo puede descansar tranquilo

No es perfecta como tampoco lo era la anterior, pero sí muy recomendable en su conjunto y estamos seguros de que convencerá incluso a los seguidores más acérrimos de Gladiator, por muy improbable que os parezca simplemente leyendo este texto.

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