Nicholas Fabiano, psiquiatra, advierte sobre el terrible problema de los microplásticos: "El dramático aumento de los microplásticos en nuestro cerebro es particularmente alarmante"
En sólo 8 años las cantidades de microplásticos en nuestro organismo se han multiplicado por 10, comenzando ya a hablarse de una relación directa con enfermedades como la demencia
Es la gran preocupación de la era moderna, de eso no hay duda alguna. Y es que los microplásticos están en todas partes, en efecto, algo que no es demasiado bueno si atendemos a que incluso se encuentran en el agua que bebemos, también en los cuerpos de casi todo tipo de animales e incluso en nuestros cerebros, donde crece su proporción, así como en las arterias, donde se asocian a un mayor riesgo cardiovascular.
En un reciente estudio dirigido por varios investigadores de la Universidad de Nuevo México y del que hemos tenido noticias gracias a Genomic Press y a los compañeros de New Atlas, nos informan ahora de que la cantidad de microplásticos adheridos a nuestros cerebros ha aumentado dramáticamente en los últimos tiempos, llegando incluso hasta el tamaño de una cuchara.
Por supuesto es un problema mayúsculo, puesto que estas partículas no son degradables y a estas alturas ya empiezan a relacionarse con la demencia y otras graves enfermedades de este tipo.
En menos de 10 años, la cantidad de microplásticos en nuestros órganos se ha multiplicado por 10
El estudio es alarmante, puesto que en realidad es fiable al ciento por ciento al haberse analizado docenas de muestras de hígado y tejidos cerebrales post-mortem para determinar cuántas partículas no degradables de microplástico se encontraban tanto en hombres como en mujeres entre los años de 2016 y 2024.
Los datos no mienten y en promedio nos hablan de 142 microgramos por gramo en las muestras de hígado analizadas en 2016, que aumentaban a los 465 microgramos por gramo si hablamos del cerebro en esas mismas fechas. Tan sólo 8 años después, lo que han encontrado los investigadores no os sorprenderá demasiado. O sí.
Si hablamos de muestras tomadas en 2024, la cantidad de microplásticos en niveles hepáticos ha aumentado hasta los 3.420 μg/g de media, mientras que la cosa es más dramática en nuestros cerebros con nada menos que 4.763 microgramos por gramo que multiplican por 10 las cantidades.
"El dramático aumento de las concentraciones de microplásticos cerebrales en sólo 8 años, de 2016 a 2024, es particularmente alarmante. Y este aumento refleja el crecimiento exponencial de los microplásticos que estamos viendo en los niveles ambientales. Dr. Nicholas Fabiano, Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Ottawa.
Los propios investigadores nos hablan de aproximadamente la misma cantidad de microplásticos que se encontraría en una cuchara desechable, cosa que seguramente nadie querría comerse en ningún caso.
Adicionalmente, cabe destacar que las muestras de tejidos cerebrales tomadas de personas con demencia tenían concentraciones mucho mayores de microplásticos, del orden de tres a cinco veces más, respecto a aquellos individuos sin esta enfermedad.
Las alarmas son fundadas, pues además es que los microplásticos más pequeños cruzan ya las barreras hematoencefálicas para acumularse en las paredes del cerebro, provocando así problemas derivados como la inflamación cerebral, la baja fertilidad o queda por demostrar precisamente esta relación con la demencia y otras enfermedades más graves.
"Necesitamos más investigación para entender los microplásticos, en lugar de seguir envolviendo nuestros cerebros en ellos. Este podría ser uno de los mayores problemas ambientales que la mayoría de la gente nunca vio venir." David Puder, presentador del Podcast de Psiquiatría y Psicoterapia y coautor del documento.
Lo cierto es que la "plastificación" está afectando a nuestra salud de diversas maneras y todavía no terminamos de entenderlo del todo, así que tocará investigar y al menos por ahora cuidarnos y evitar al máximo la ingesta de este tipo de microplásticos.
Para esto, todos los expertos avisan de que evitemos el uso de botellas de agua de plástico, sobre todo, así como también el calentado de alimentos en botes plásticos dentro del microondas e incluso no consumir productos como las bolsitas de té plásticas o similares.
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