La actividad dramática del Sol está causando algo inesperado: los satélites se están estrellando contra la Tierra
El Sol, que está en su máximo de actividad cíclica, está provocando la caída de satélites en órbita
En los últimos tiempos, la intensa actividad que el Sol está registrando a niveles de radiación emitidas está siendo todo un problema a nivel de telecomunicaciones en la Tierra. Estas emisiones del Sol, que suelen producirse en forma de "ráfagas" o "llamaradas", están produciéndose de manera muy consecutiva en los últimos meses, y aunque para la humanidad no supone ningún riesgo serio gracias a la protección de nuestra atmósfera, los satélites en órbita sí que están sufriendo estos fogonazos de energía solar.
Las llamaradas solares y la electrónica
En un momento como el actual, en el que los registros de actividad solar están batiendo récords en este año, los que salen peor parados son los aparatos tecnológicos que no cuentan con las mismas capas de atmósfera para protegerse de la radiación solar. Estas emisiones que llegan desde el Sol son capaces de dañar los circuitos de los dispositivos electrónicos, especialmente si no se encuentran en la superficie, y es por eso que en épocas de mayor actividad solar, ciertos elementos eléctricos pueden fallar con cierta frecuencia.
Los satélites afectados, los cuales formaban parte del Programa Espacial Binar, eran un conjunto de 3 minisatélites que se encontraban completamente expuestos a más de 2.000 kilómetros de altitud, en plena exosfera, muy por encima de la ionosfera que se encarga de filtrar la mayor parte de esta radiación. Con ello, estos tres satélites comenzaron a perder altura por la avería de los sistemas a causa de las llamaradas solares, y por la fricción de la atmósfera, estos satélites se convirtieron en bolas de fuego que se desintegraron.
Esto ha supuesto una cuantiosa pérdida al Programa Espacial Binar, puesto que estos satélites apenas llevaban dos meses en órbita recopilando información, y se esperaba que pudieran hacerlo sin ningún contratiempo durante un lapso de 6 meses. Por tanto, estos tres satélites solamente han podido llevar a cabo su trabajo durante solo un tercio del tiempo esperado.
De las llamaradas también surgen las auroras
Un aspecto llamativo de las llamaradas solares, y de la inmensa actividad que el Sol ha tenido en este 2024 puede verse en las numerosas auroras que se han podido presenciar en el planeta, incluyendo latitudes en las que no son nada habituales. De hecho, en España, en distintas épocas de este año, hemos podido ser testigos de auroras boreales cuando normalmente se trata de un fenómeno que no puede verse fuera de los territorios árticos. Sin embargo, esto es un claro termómetro de la inusual actividad solar en los últimos meses.
De todos modos, tampoco cabe preocuparse de más por este suceso, puesto que, realmente, esta actividad solar es cíclica y, con un tiempo promedio de ciclos de 11 años, el Sol suele llevar a cabo este nivel de actividad. Por tanto, tras haber alcanzado el pico máximo, cabría esperar que, gradualmente, durante los próximo 5 años, esta actividad solar se vaya atenuando mientras prosigue su ciclo de actividad.
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