Descubren un nuevo depredador en la región más profunda del océano y lo nombran en honor a un personaje de El Quijote

Un equipo internacional de científicos ha encontrado una nueva especie de anfípodo que habita a casi 8.000 metros de profundidad en la Fosa de Atacama

Descubren un nuevo depredador en la región más profunda del océano y lo nombran en honor a un personaje de El Quijote
Publicado en Ciencia

La Fosa de Atacama, una de las regiones más profundas del océano Pacífico, sigue sorprendiéndonos con nuevos descubrimientos. Un equipo internacional de científicos ha identificado una nueva especie de crustáceo depredador que vive a 7.902 metros de profundidad. Lo más llamativo es que han decidido nombrarlo Dulcibella camanchaca, en honor a Dulcinea, el amor platónico de Don Quijote.

Este hallazgo, publicado en la revista científica Systematics & Biodiversity es especialmente significativo porque, hasta ahora, todos los anfípodos conocidos en la Fosa de Atacama eran carroñeros. Este nuevo depredador representa un cambio significativo en nuestro entendimiento del ecosistema de las profundidades marinas.

Un gigante en las profundidades

Con casi 4 centímetros de longitud, Dulcibella camanchaca es significativamente más grande que sus parientes cercanos, exhibiendo lo que los científicos llaman "gigantismo abisal", un fenómeno común en las grandes profundidades. Su nombre no solo rinde homenaje a la literatura española, sino que "camanchaca" también hace referencia a la densa niebla costera que se forma en el desierto de Atacama, así como a la oscuridad de las profundidades donde habita.

Al igual que otros descubrimientos sorprendentes en las profundidades oceánicas, como la misteriosa "criatura fantasma" recientemente avistada o el intrigante orbe dorado que dejó perplejos a los científicos, este nuevo depredador nos recuerda cuánto nos queda por descubrir en los abismos marinos.

La anatomía de este depredador está perfectamente adaptada para la caza en las profundidades. Cuenta con poderosas garras para atrapar a sus presas y un cuerpo largo y esbelto que le permite moverse con agilidad. Sus características únicas incluyen 12 espinas en la placa maxilar externa, antenas más largas que su cuerpo y patas especialmente diseñadas para moverse tanto en sedimentos blandos como en superficies duras.

La historia de la exploración de la Fosa de Atacama se remonta a 1957, cuando se realizaron las primeras mediciones durante la expedición Downwind. Desde entonces, diversas expediciones han revelado una fauna única, incluyendo holoturias (pepinos de mar), bivalvos y foraminíferos. La primera fotografía del fondo marino se tomó en 1972 a 7.196 metros de profundidad durante la expedición Southtow.

La zona hadal, que comprende las profundidades entre 6.000 y 11.000 metros, representa el 45% más profundo del océano. Lo que hace único a este descubrimiento es su papel como depredador en estas profundidades extremas. A diferencia de otras fosas oceánicas donde se han encontrado anfípodos depredadores hasta los 9.120 metros en la Fosa de Tonga, la Fosa de Atacama no había registrado ninguno hasta ahora.

Este nuevo depredador fue capturado durante la expedición IDOOS 2023 utilizando un sofisticado equipo que incluía tres trampas para peces e invertebrados, una cámara submarina, luces LED y botellas Niskin para la recolección de muestras de agua. Aunque la cámara dejó de funcionar durante el descenso, las trampas cebadas con pollo lograron capturar varios especímenes.

Un aspecto fascinante es que la Fosa de Atacama presenta una peculiaridad: los depredadores megafaunales, como los peces babosos y los decápodos, no se encuentran más allá de los 7.200 metros, una profundidad menor que su límite fisiológico. Esto sugiere que Dulcibella camanchaca podría estar ocupando un nicho ecológico crucial en estas profundidades extremas.

La identificación de la especie se realizó mediante un enfoque taxonómico integrado, combinando análisis morfológicos detallados con códigos de barras de ADN. Los científicos destacan que este descubrimiento refuerza la idea de que la Fosa de Atacama es un punto caliente de diversidad endémica, con características únicas que la distinguen de otras fosas oceánicas.

"Cada nuevo descubrimiento mejora nuestra comprensión ecológica de estos ecosistemas remotos", explican los científicos en su investigación. Los investigadores sugieren que podrían existir más especies de Dulcibella en el Océano Pacífico, ya que se han encontrado registros genéticos similares en la Zona Clarion-Clipperton, aunque aún no han sido confirmados.

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